-Parece mentira que a estas alturas
todavía haya quien haga eso, si se ha comentado hasta la saciedad lo
molesto que es y ponen anuncios antes y todo
-Pues los hay que no escarmientan oye-
-Yorecuerdodeantesdequeexistieranlosteléfonoselquesepasabalapelículacomentandoenvozaltacomo
nospasóamíyavuestropadreenAmadeusquelesdioaalgunosportararearlamíusicaycomentaranécdotras
envozalta..
-Eso solían ser crios de quince años,
pero es que ahora gente hecha y derecha se va al cine a hablar de sus
cosas por el móvil
-Las nuevas tecnologías han cambiado
hasta las faltas de educación.
Y es que, por mucho que se evolucione,
las nociones básicas de comportamiento las trae uno de su casa.
Todos hemos visto al típico pesado que arma un escándalo
revolviendo en sus paquetes, amontonando la ropa que se quita al
entrar, con palomitas o refrescos... Si auno de esos se le da un
aparato de última generación, el resultado es aquel.
-¿Y qué me decís del que afea una
risita o algo y monta jna escandalera añun mayor? También existen
-dijo nuestro protagonista.
-Como uno que vi yo echándole la
bronca a uno que había mirado el reloj en la peli. Ni nos habíamos
enterado pero él lo puso en relieve.
-Yunoqueviyoafeándoleaunseñorqueñlevaseauncríoalservicioquenosenteramostodalasalaydiezmásen
losGoonies...
-Sí, hay variedad.Dijo nuestro
protagonista.
Sin embargo aquella noche, la tía
MariaCristina les añadió un nuevo tipo de revientaprogecciones.
Tras la cena, como de costumbre, Doña Marta la llamó y comentó el
incidente del móvil:
-Ay, calla hermana ¿te puedes creer
que un matrimonio nos ha llamado la atención por reírnos en
Campeones?
Aquella era una comedia que estaba en
aquel momento teniendo mucho éxito en los cines del país de nuestro
protagonista. Era una historia de superación en un equipo de
baloncesto de dismunuidos, con golpes muy humorísticos.
-Perocómounonovaareírseenunapeliculadehumorsiestánhechasparaesomeimaginoquenoserslos
únicosqueserieran
-Por lo visto decían que nos
estábamos riendo de los discapacitados.
Al oír aquello nuestros protagonistas
quedaron estupefactos, pues habían visto la película y todo el cine
se reía como corresponde a una comedia.
-Está claro que hay gente que va al
cine a montarla y no a ver películas -sentenció Fran.
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