-Bueno, ¿qué te parece la llegada?
-La encuentro más aislada y pobre que la entrada al
viejo Calderón, pero desde luego, el colorido y el
ambiente festivo es único.
Nuestro héroe había decidido gastarse en unas
entradas para las semifinales de la
Uefa Europa League. El rival era el Arsenal, el
equipo del cuál se hizo amigo nuestro protagonista
en Londres, lo que le traía recuerdos, y unas
semifinales de competición europea parecían el
mejor momento para conocer el nuevo campo. Solo la
entrada ya daba motivos de admiración y disfrute:
-Ahí tienes la gran bandera que colgaron junto al
estado, y aquí las placas de los jugadores que
alcanzaron los 100 partidos con el Atleti.
Una de esas placas era llamativa por lo que la
rodeaba: velas y flores y ofrendas de la aficción.
Era la de Luis Aragonés, el gran jugador y
entrenador referencia siempre del club. Como la
televisión gusta normalmente del morbo, habían
sacado el maltrato que solía sufrir la placa de Hugo Sánchez, que si bien alcanzó
aquella cifra luego se pasó al Madrid, pero no el respeto reverencial a esa placa.
-Ya es la hora -dijo Juan-. Ya podemos entrar
Los dos hermanos subieron hasta su localidad, situada en la grada alta del lateral
oeste. La primera impresión era bastante clara:
-Se nota mucho más alto que en el Calderón -dijo Juan-. Da cierto vértigo.
-El campo más grande es lo que tiene. Pero... ¡Mira, ya salen los del Arsenal y la
gente los pita!
A partir de entonces los dos hermanos no pensaron. Se dedicaron simplemente a
disfrutar. Observaron cómo a pesar de la distancia se veía y oía casi tódo lo que
pasaba en el campo: quién era cada jugador, el silbato del árbitro... Así
hasta que se lesionó Koscielny, el defensa central del Arsenal.
La lesión era grave, y todo el campo lo notó. Se retiró en camilla siendo aplaudido
por todos. Nuestro protagonista sintió como el que más su lesión:
-Pobre hombre, creo que se acaba de quedar sin mundial
A partir de entonces, el Atleti tuvo diez minutos en que no tocaba la pelota.
Parecía desarbolado por los ingleses, aunque lo cierto es que estos lo pasaban muy
mal para tirar a puerta, sobre todo gracias al gran partido de Godín. Thomas
Partey, el centrocampista ghanés del Atlético de Madrid, que ante las lesiones de
varios jugadores fue recolocado en el lateral derecho, parecía desubicado, estaba
claramente fuera de su puesto. Pero sin embargo, un robo suyo aprovechando su gran
condición física, propició un buena contra al filo del descando y...
-¡Gooooooooooool de Diego Costa!
-¡Qué bien todos! El robo de Thomas, la carrera de Griezmann, la definición de
Costa...
-A ver si ahora viene más.
En el segundo tiempo, con Thomas se hizo definitivamente a su nuevo puesto,
Godín seguía inconmensurable, y la delantera trabajó de maravilla. El equipo se
comió a los ingleses la segunda parte. 1-0, y una nueva final para el Atleti. Y
nuestros protagonistas ya conocían el nuevo campo.
Incluso en el metro de camino a casa, un señor de cierta edad aficionado del
Arsenal comentó el partido a los hermanos:
-Congratulations! Atletico is magnificient in defence, specially Godín!
-Arsenal is a friend team. I know it because i lived in London during some months.
I wish you good luck in the future -dijo nuestro portagonista sin olvidar al
equipo inglés.
-Ahora queda que conseguir venir a esto sea norma y no excepción -remató Juan.
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