-No puedo evitarlo, se
me pone así.
-Y además tienes más
tetas que algunas mujeres -agregó Juan Gordal parece que seas una
niña veinteañera de esas que van enseñando el ombligo.
-Ser gordo en verano es
tremendo.
Sí, nuestro
protagonista había casi olvidado lo que era el sudor contínuo, los
muslos rozándose, la ropa pegada al cuerpo y otras molestias. Pero
lo peor era eso que le había dicho Juan, tener de nuevo aquellas
tetas que tantas bromas crueles le costaron antaño.
-Yo no sé, ponte un
biquini y vete a la piscina
-No seas cabrón, ya es
suficientemente duro sin ti.
-Pues ya sabes, ponte de
una puñetera vez a adelgazar.
-Va a ser muy duro ahora
hacer ejercicios. No comer creo que puedo lograrlo.
-Y no abusar de la
cerveza.
-Eso no sé si puedo...
-Pues ya sabes, o
adelgazas o te pones un biquini.
-También puedes ponerte
en pelotas, tumbarte y decir que eres Jabba el Hut.
-De momento voy a darme
un poco de agua, que me estoy asando.
-Eso, y después di que
eres una ballena
-Que no, que de verdad
que adelgazaré...
-Mira que ahora se ven
unos escotazos por la calle que hacen quedar aún peor tus tetas.
-Lo prometo, prometo que
al acabr el verano pareceré un modelo de gayumbos.
-¿Y no hubiera sido
mejor al empezar?
-Si, pero... -aquí Fran
se dio cuenta de que no dejaba de poner excusas y se arrepinti´de
haber vuelto a la gordura-.
-¿Decías?
-Que me imaginaré a mí
mismo en biquini para que me ayude a tener valor.
-Vale, ver si es
verdad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario