lunes, 4 de diciembre de 2017

Nos va a salir por las orejas.

-Bueno, vaya comilona -decía nuestro protagonista después de tomarse dos platos de aquel codillo.
-Pero nos sale por las orejas y ha sobrado un huevo -dijo Juan reluciente de pies a cabeza.
-Noséquévamosahacerestosdíasporquetenemosmuchos
restosdeestecodilloymuchasotrascosashemos
hechocomidapormuchosdíasaversiledamossalidaporque
seríaunapenaquesetiraraeramuybuenodesde
luegoestanochehayqueseguir...
-Buf, otra vez a comer lo mismo.

Fran se retiró a su cuarto a dormir algo de siesta y oír el fútbol, cuando recibió una llamada de la tía María Cristina:

-Hola, floritos ¿vais estar esta tarde en casa? ¿puedo pasarme a las cinco?
-Ya te he dicho muchas veces que no me llames florito, tía, pero sí, claro que estaremos.
-Menos mal, porque tenía que llevaros una cosa.

Esta respuesta dejó intrigado a nuestro protagonista, pero poco importaba cuando había que barrer y preparar la casa para la visita. Doña Marta había fregado los platos, metieron en la nevera una enorme olla de restos del codillo y barrieron la casa. Cuando llegó la tía María Cristina estaban pensand, que ella que era siempre tan fanática de la comida frugal podía llevarse un susto si llega a ver el yantar de los Gordal Palacios. Tía Maria Cristina llegó y saludó muy efusivamente a Diez.

-Qué bien y qué bonito lo tenéis todo, os habéis ganado esto que os he traído.

Fran recibión de manos de su tía la fimbrera y comprobó con horror que el presente de su tía era...¡Más codillo!

-Joder, tía, nos va a salir el codillo por las orejas
-Seguro que no lo habéis probado nunca, está buenísimo -dijo tía María Cristina con su habitual vicio de descubrir lo que todos sabían.
-Tía, lo hemos comido hoy mismo en gran cantidad.
-Pues ya sabéis, os encantará.
-Desde luego, pero nos va a salir por las orejas el codillo.

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