lunes, 16 de septiembre de 2019

Incendios y propaganda.


Aquel día, varios medios recogían un vídeo en el que un político representante de una opción poco recomendable aparecía pagando un fuego en un contenedor cercano a la sede de su partido, supuestamente provocado por grupos violentos contrarios a dicha formación. Aunque en realidad tampoco había ninguna prueba de ello, cundía entre la ciudadanía la sospecha de que todo era un acto de falsa bandera provocado por dicho partido para que aquel personaje luciera heroico y valeroso ante los medios. Juan y Fran hablaban de ello por la calle aquella tarde:




-La verdad que canta un poco que haya un incendio provocado y ninguna cámara capte el incidente, pero sí al tío ese con el extintor -decía Fran.
-Claro que es otra de las pirulas de esa gentuza, hombre. Si el individuo ese se paraba y hacía gestos como llamando al público.
-Y muchas veces se queman contenedores y papeleras. ¿Cuántas veces han venido cerca de casa a apagar fuegos en los contenedores de arriba?




Como queriendo intervenir en estas apreciaciones, de pronto un olor a goma quemada llegó a los dos hermanos. Al momento salió un tendero de uno de los establecimientos cercanos con un vaso grande de agua en la mano y lo volcó en una papelera, de la cuál salía el humo. Una señora que estaba de compras en aquella frutería les explicó:




-Pues estaba pesándome la fruta, y hemos visto el humo. La papelera se estaba quemando, pero este chico ha salido y lo ha apagado.
-Alguna colilla mal apagada, seguramente -sentenciaron los dos hermanos, mientras el dependiente volvía a su puesto.
-Pues ya ves, éste hombre, con muchas menos relevancia y pretensiones ha apagado una papelera, ha vuelto a su tienda, y nadie se va a enterar -dijo Juan.
-Es que no ha tenido la suerte de que estuvieran allí todos los medios, se conoce.
-De todas maneras, yo creo que lo normal en estos casos es lo que otras veces hemos hecho nosotros, llamar a los bomberos y que se ocupen ellos.
-Sí, aunque este chico ha pillado ese fuego cuando todavía era muy pequeño. Seguramente nosotros también hubiésemos hecho eso.
-Pero igual no está de más dar el parte a los municipales. Llámalos, anda.
-Por supuesto.



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