domingo, 14 de junio de 2020

La guinda a la desescalada.


Bueno, si quitamos el tema de las mascarillas que lleva todo el mundo, y que casi no se puede ir al servicio en ningún sitio, aquí estamos practicamente como estábamos ⸺dijo Juan Gordal.
Y también estemos sentados en un banco vigilando una distancia ⸺respondió nuestro protagonista.
Alégrate que no hace tanto que los paseos eran vueltas al pasillo de casa. Ya hasta puedes tomarte una cerveza en una terraza. Si encuentras sitio, claro.

Y es que aunque la normalidad completa parecía lejana, y desde luego existían diferencias entre salir a la calle ahora y hacerlo antes de la pandemia que se había abatido sobre el mundo de nuestros protagonistas, ya eran pequeños detalles los que separaban de la rutina habitual, y no al revés , lo que nos acercaba a ellos recordándonos que la vida seguía. Ahora uno salía a la calle mucho más tranquilo, y si en los primeros días de "libertad" casi no se veía tráfico en las calzadas ni gente por las calles, ahora ya se podía tener en los parques y calles compañía de niños jugando, adolescentes quedando en grupo, vejetes tomando cafés y cervezas en terrazas, etc.

Sin embargo yo siento que me falta algo, y no me refiero a poder ir sin mascarilla dijo Fran.
¿Tías? Preguntó Juan.
Podría ser, pero sabes que ligo menos que ningún tío de mi edad, salvo quizás algún sacerdote.

Entonces se acercó un hindú con un carrito y dijo una palabra que Fran casi había olvidado:

¿Cerveza?
¿Qué opinas, Fran? preguntó Juan
¡Ahora mismo! Gracias, no sabes el peso que me quitas de encima.
Tres uro dos lata respondió el indio.
¡Como si fueran diez! Ahora sí que estamos de vuelta gritaba eufórico Fran
La cerveza tenía que ser. Lo imaginaba dijo Juan.

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