domingo, 1 de mayo de 2022

Medio minuto

 


Al entrar en su casa tras aquellos recados, nuestro protagonista corrió a hacer la que desde

hacía tiempo era la primera tarea al llegar al hogar: lavarse las manos durante un
minuto. El lavado de manos fue una de las primeras imposiciones que se pusieron en
práctica en la pandemia. Antes incluso de confinar a lagente se les recomendaba
lavarse largamente las manos para destruir los virus que pudieran quedarse adheridos.
Nuestro protagonista desde entonces no se lavaba las manos más a menudo, pero sí que
estaba un minuto cada vez que lo hacía. Entonces Doña Marta Palacios le llamó:

Hijoquéestáshaciendodejaesounmomentoaversipuedesayudarmeconestocuantotiempollevassiya
estánrelajandolasmedidasyocreoquenoesnecesarioqueestéselminutoenteroaversiahorapuedes
ayudarmeaprepararestosboquerones...Es necesario, mamá. Yo sigo un minuto.

Cuando acabó, nuestro protagonista echó una ojeada a lo que le decía su madre: en efecto
había para la cena un enorme montón de boquerones que ocuparía mucho tiempo para una
persona sola. Nuestro protagonista se arremangó y se puso junto a su progenitora a despachar
el pescado. En diez minutos el montón de pescado estaba listo para freír. Pero una vez más sus
manos necesitaban un lavado. Nuestro protagonista sentía cierta pereza ante la idea de volver a
frotar largo tiempo. Y tomó la decisión: a partir de ahora, salvo el lavado de manos al volver de
la calle, estaría medio minuto, no uno entero. Si todas las medidas se iban relajando, era absurdo
tomar más molestias en una de las tareas diarias más tediosas. Así lo hizo y llamó a su progenitora:

Cuando quieras puedes lavarte, mamá.Ayhijomenosmalporquelosboqueronesestánmuybuenosperoquépesadezlimpiarlosycómotedejan
lasmanosyahoraunminutodefrotarylavarconlaperezaquedaaunquetúhasacabadomuyrápidoaversiyo
melavo...Yo ya solo he estado medio minuto, mamá.Ayhijoquécosastienesyotengomuchasganasperoamímedamiedoyosigounminutomiraquedespués
detodoloquehemosaguantadoseestropeatodoahorapornotomarlasmedidasaúnpodemossoportarloun
pocomás...

Fran comprendía las razones de la matriarca de la familia, pero en algún momento habría que
empezar a retomar el ritmo normal. Así, aquel día se convirtió en el de un paso más hacia su vida
habitual.


No hay comentarios:

Publicar un comentario