—Bueno, mamá. Este
será uno de los últimos
días que pueda
acompañarte. Mañana
empiezo a
currar —dijo nuestro protagonista a Doña Marta Palacios en el parque. —Notepreocupeshijoqueyomeapañarésolonopodéisquedarossoloaquíamiladoquetenéisvuestravida yvuestrascosasyameharéyomismalascosasyyameocuparédelodesaliryloquemeatañameharémicomida vosotrostrabajadsinmiedo...—respondía Doña Marta. —Espero. La verdad es que mira, todo el paisaje a cambiado ya.Nuestro protagonista se refería a la ausencia de niños y, en menor medida, de perros en laexplanada. Hacía pocos días en lo surtidores de este parque los infantes se remojaban y llenabanglobos, ponían pelotas a flotar, etc.
—Ya toca, empiezan los colegios, empiezan los trabajos... —comentaba Fran—. Hoy ningún crío se
acercará a jugar con tus cosas, como hacían. —Buenohijoperotienenqueaprenderlavidasiguetúnotepreocupestúloquetienesquehaceresganartu dineroylosniñosprepararseparatrabajarmañanayoharémividaynotepreocupesquetendremosquehacer todosnuestrascosas... —Ya, si no me queda otra, mañana a las ocho para el trabajo. —Notepreocupesqueseguroquesaldrábienhijoojaláyomefueraadarclasesperoahoratengootrascosas enlacabezayademásesloquenecesitáisaversiospaganbienqueyoyameheganadoperderosdevistaunpoco quetengolibrosqueleerycosasquehacer... —Ojalá yo pudiera leer la montaña de libros que tengo en casa pendientes. —Yojaláyofueraconlosniñostúquepuedesaprovechatutrabajoquedentrodealgunosañosloecharásde menosynopodrástúvasavergenteyganartudineroyyatendrástiempoparatuscosasqueesotambiénhayque ganárselo... —Está visto que nunca estamos contentos con lo que nos toca —dijo Fran acariciando la cabeza a
un perro que vino a verlos. —Miraquetúdecíasqueyanohabianadievescómosiemprehaycosasquesiguenahíytodossalenadelante miraestequequierevenirseconnostrosperoallíestásuamoestotampocolotendrásapartirdemañanayaver cómoteñaspañas... —Bueno, no me amargues mis últimas horas sin curro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario