jueves, 18 de abril de 2024

Dentro de un cuenco de alioli

 


Fran fue a la nevera a buscar algo de merienda. Al coger una pieza de fruta volcó un

cuenco con alioli del que Juan había preparado para la dorada de la cena anterior.
Nuestro protagonista intentó arreglar el desaguidado lo más rápido que pudo, pero vio
que había goteado por la parte de atrás de la nevera, manchando las otras baldas. Ahora
no había más remedio que vaciarla y limpiar cada bandeja una por una. Para eso debería
mover la nevera para poder abrir del todo la puerta y desmontar el interior y al moverla,
el espectáculo dantesco de la porción de suelo donde había estado meses, quizás años el
frigorífico obligó a nuestro personaje a disponerse a una limpieza completa. Empezó a
barrer los restos de polvo y otras sustancias que había bajo la nevera. Mientras lo hacía
buscaba dónde dejar toda la comida que había sacado de la misma al vaciarla. Ahora, sí,
comenzó a sacar las baldas. Pero el ali oli no salía igual de bien de todas ellas. La
operación, que él había calculado en cinco minutos llevaba ya veinte entre unas cosas y
otras cuando acabó de limpiar la primera de las badas de la nevera. Así, poco a poco fue
limpiándolas todas y al final volvió a meter la comida dentro, desechando de paso algunas
vituallas que no tenían muy buen aspecto. Pero el alioli también había caído en las bolsas
y fiambreras que contenían alguna de las especies que guardaba el refrigerador. Eso
añadió otros veinte minutos a la operación. Por último, pensó cómo colocar de modo
equilibrado todo el contenido de la nevera para que cupiera y no provocara accidentes
como el que acababa de sufrir nuestro protagonista. Al cerrar definitivamente la puerta
de la nevera pensó que ya habría acabado y se permitió coger una naranja de postre. Pero
al dirigirse al salón, dona Marta Palacios le preguntó:

Perohijoquéhasestadohaciendoquehastardadounmontón yademástienestodalaropamanchadade
arribaaabajoconlolimpioquetúeresaversinoteponesarevolverlaneveratendrásquelavartodoloquellevas porqueestásperdido...

Nuestro protagonista observó su ropa y se dio cuenta de que en efecto tendría que poner una
lavadora y cambiarse. Al pasar vio el cuenco donde había estado el alioli que había dejado en
el fregadero. ¿Todos estos problemas cabían en este espacio? Se preguntó nuestro protagonista.




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