-Bueno, con esta bolsa, creo que ya he terminado -dijo Fran cuando
sacaba el papel en la limpieza de su cuarto.
-Pero tú ¿cómo gastas tanto papel? -le preguntó Doña Marta Palacios.
-Pues no lo sé, no imprimo tanto ni creo que malgaste.
-Además, muchos de estos folios están el blanco. Me parece un crimen estando los
bosques como están.
-Bueno, déjame verlo y guardaré los papeles en blanco.
Lo cierto es que para asombro de Fran, su madre tenía razón. Un taco de cierto grosor
de folios en blanco se encontraba entre los desperdicios que pensaba tirar. No era justo
cuando varios árboles podían seguir en pie.
-Bueno, los árboles te lo agradecerán. ¡Pero ahora parece que no hayas hecho nada por
limpiar tu cuarto! -dijo Doña Marta.
-No sabe uno cómo acertar.
-Pues por ejemplo archivando esas hojas estaríamos contentos ¿no?
Fran resopló ante la tarea que le esperaba y se dio cuenta una vez más, de por qué no le
gustaba hacer limpieza: uno cree que ha acabado quince veces y resulta que aún tiene tarea.
No hay comentarios:
Publicar un comentario