miércoles, 21 de septiembre de 2016

El primer paso, menos tetas.

-¡Venga, Juan, vamos a pesarnos! -dijo aquel lunes nuestro protagonista.
-Pero qué ganas tienes. A ver si luego no te llevas un disgusto.

Nuestro héroe se había mirado al espejo aquella mañana y se veía más delgado. Además llevaba varios días haciendo los ejercicios gimnásticos que ambos hermanos se habían marcado, y se iba sintiendo progresivamente más en peso justo. Por el contrario Juan aquella mañana no había entrenado y se veía con un gran bulto a la altura del vientre.

-Ya tengo dos monedas para el pesaje, Juan -dijo nuestro protagonista en la farmacia.
-De acuerdo, yo voy primero -dijo el hermano mayor introduciendo las monedas en la báscula. Esta escupió el papel-. ¡83.2 kg!-dijo Juan-. Esto no hay Cristo que lo aguante.
-Bueno ahora voy yo -dijo Fran y cuando salió el ticket se llevó una alegría-. ¡107.3 kg! Voy perdiendo.
-Pero no olvides que tú sigues pesando bastante más que yo -dijo Juan resentido.
-Porque soy más alto.
-Y porque estás más gordo.
-Venga, Juan, no hay para tanto, que yo haya perdido dos kilos y tú no es normal con lo que hemos hecho.
-Espérate a ver si se mantiene, que te veo muy eufórico.
-Bueno, de momento un primer paso he dado, el más importante al adelgazar: tener menos tetas.
-Parece mentira, tanto exigírselas a otras personas y tú no las quieres.
-Porque cda persona es un mundo, Juan.

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