Todo
empezó el día en que nuestro héroe quiso guardar en uno de sus
cajones un recibo, y no podía meterlo. Más aún, cuando abrió el
cajón salieron despedidos varios papeles en una suerte de explosión
de baja intensidad. Sí, había llegado la hora de mirar lo que había
ahí guardado y deshacerse de lo supérfluo. Había manuales de
instrucciones de aparatos que habían dejado de usarse hace años,
tales como un discman de nuestro protagonista de cuando aún era
menor de edad, restos dee números dominicales de revistas rotos,
algún recibo bancario ya completamente inútil, pilas que tenían
todo el aspecto de estar gastadas... ¿Cómo he podido llegar a
acumular todo esto? se preguntaba nuestro protagonista. Al final
que pudiese tener aún uso solo había en el cajón dos cuadernos,una
linterna, un manual de la carrera que acababa de terminar y algunos
objetos de oficina: rapadoras, bolígrafos... E incluso alguno de
estos en muy mal estado. Con todo el montón de lo que había sacado
empezó a mirar y aparecieron... ¡Revistas de los años 70 relativas
a la FE de las JONS! ¿Cómo habría llegado eso al cajón?
Pensaba Fran, si ni él había nacido en esa época ni tenía
simpatía por aquella ideología. Doña Marta Placios aportó la
explicación:
-Ayhijoesquelasteníayomeparecíaqueteníanvalordocumentallasmetíentucajónsabiendoqutúlas
guardaríasporqueteintereresalahistoriasinolashubieseperdido...
-Joder,
mamá, me dejas de piedra. ¿Quieres ver si hay algo más tuyo?
-MíonoperomiraestáaquellatarjetaquetetrajistedelMuseoBritánicoyquehabíasperdidoyfichasdeese
ajedrezdelquesolotequedabaeltablero...
-Va
a resultar que vamos ha hacer arqueología en casa.
-Síhijoatitegustalahistoriaseguroquesibuscasencontrarás...
-Mamá,
lo decía irónicamente. Lo que habrá que hacer es revisar más a
menudo lo que guardamos.
-HasestudiadohistoriatevaelestudiodelopasadoysiemprehasadmiradoaIndiannaJones..
.
-Bueno,
deja la ficción. Aquí hay que hacer un expurgo más a menudo.
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