Fran
y Juan Gordal ojeaban los cómics de la Fnac. Aunque más o menos
sabían ya de memoria lo que había siempre estaban atntos a ver si
surgía alguna novedad.
-Allan
Moore ha sacado Providence, pero a mí me sale Lovecraft ya
por las orejas -dijo Juan.
-Y
está todo lleno de cómic político, como Arenas Movedizas, Gaza,
La primavera de los árabes...
-Y
mucho cómic de tías, de si una con cáncer de mama, aspirantes a
Marjane Satrapi...
-Bueno,
es lo que hay, aparte de los clasicorros.
-Es
difícil encontrar una forma de a clasificar el cómic actual
¿verdad?
-Bueno,
mejor que haya variedad, así nadie se encasilla.
Entonces,
ambos hermanos oyeron a un chico de unos veinte años hacer lo que él
sin duda consideró una gran observación o verdad irrefutable:
-Yo
he observado, y fíjate ¿eh? -decía al amigo que lo acompañaba-,
que todas las novelas gráficas de tías o vienen en tapas de color
rosa o azul celeste.
Ambos
hermanos se quedaron de piedra oyendo aquello. ¿En seri a alguien le
podía importar eso lo más mínimo hablando de cómics?
-Menos
mal que he oído a este chaval -dijo Juan-, ha cambiado completamente
mi visión del medio.
-Lo
triste -dijo Fran-, es que estoy casi seguro de que ha estado horas
cavilándolo en casa.
-Bueno,
por lo menos parece que alguien sí ha encontrado una pauta en los
cómics de ahora.
-Para
encontrar eso, mejor no encontrar nada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario