Fran, que estaba en la
biblioteca viendo si tenía algo que no hubiese leído de Julio Verne
vio que tenía una estantería de literatura francesa justo detrás y
se la señaló. El hombre lo agradeció, dio media vuelta y al
hacerlo un enorme libro que ya había cogido sobre la revolución
francesa se cayó con gran estrépito al suelo. El hombre sonrió
nerviosamente y ante las miradas de todos de todos los que había en
la estancia recogió el tomo.
-Joder -dijo Juan- este
hombre parece que se hay esnifado diez rayas de coca antes de venir.
-Está muy nervioso,
igual está haciendo una tesis doctoral o algo así y va justo de
tiempo.
Con los dos libros que
llevaba en la mano, el sujeto se sentó en un pupitre y comenzó a
ojear los libros. Al pasar una de las páginas dio con el codo a otro
lector que estaba sentado a su lado y tiró su cuaderno.
-Lo siento mucho -dijo-,
es que...
-Nada, todos cometemos
algún error dijo el estudioso de su lado.
Visiblemente nervioso se
encaminó hacia la salida y puso los dos libros que llevaba en ell
estante de los préstmos. Uno de ellos no se lo permitieron sacar
pues era solo de lectura en la sala de la biblioteca.
-Ahora lo devuelvo, lo
siento no lo vi.
-Ya lo devolvemos
nosotros dijo el bibliotecario
-Gracias -dijo sonriendo
nerviosamnte el estudioso.
-Pero este hombre -decía
Fran-, parece de una película de estas de un personaje abstraído y
…
-¡Espera! -dijo Juan-,
que s ha dejado aquí unos guantes.
Los dos hermanos
alcanzaron a aquel personaje y se los devovieron.
-¡Ay, es que no sé
dónde tengo la cabeza! A ver s llego solo a casa -dijo.
Nuestros dos
protagonistas se quedaron solos comentando.
-Parecía el numerito de
Pepe Viyuela
-Al menos parece que es
estudioso y listo.
-Sí, un personaje
c´mico total.
No hay comentarios:
Publicar un comentario