-Síperomehetraídounacosaparamíqueahoraveréis
suelodarmepocoscaprichosperodevezencuándo
medoyalgunocomohoyaunquenoesuno
delosdulcesquesolíatomarlohevistoynohepodido
resistirmeloteníannlafruteríadeabajoyyo...
-Acaba mamá. ¿Qué te
has traído? -preguntó Juan
-Aquí hay un brick de
nata -dijo nuestro hombre.
-Síperoyairéisviendoquenoesnadadelotromundoporqueyosolomtraigoloquemerecomiendaelmédico
peroesosídeestonoquierolamenorquejanibronca...
-Sólo queda un paquete
de una frutilla de esas d boosque... Frambuesas. Son frambuesas -dijo
Fran.
-Esoesquierpounasframbuesasconnataynovoyadejarquenadiemelasquiteestoysiguiendounadietade
dulcesmuyestrictayaeshoradetomarmealgoparamí...
-Bueno, con eso no hay
problema, pero Fran y yo nos estamos poniendo muy gordos y no
queremos nada que pueda tentarnos, ni siquiera esta bagatela.
-¡Resistiremos Juan!
-dijo nuestro héroe oyendo a su hermano-. Total, nosotros somos más
de salado que de dulce, y no es que unas frambuesas con nata vayan a
sacarnos de nuestras casillas.
Así lo pensaron los dos
hermanos y se fueron a sus habitaciones convencidos de ellos hasta la
cena. Sin embargo, al final de ésta, Doña Marta se sirvió su
pequeña licencia y ambos hermanos la vieron tomar como postre un
plato de aquellas frambuesas con parte de la nata montada.
-No me tienta nada,
nada. -dijo Fran-. Las frambuesas no son mi fruta favorita y además
la nata está a medio montar.
-Sí -dijo Juan-, y
además, las uvas están muy verd... digo sí, no las quiero para
nada.
-En qué zorras estarías
pensando dijo Fran.
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