-Bueno, a ver si hoy habéis sido
capaces tu madre y tú de no joder la comida -dijo Juan Gordal
sentándose a la mesa.
-Qué pesado eres, desde antes de
sentarse a tomar verdurita y un filete dando la brasa con la comida.
-Porque siempre la jodéis. Anteayer,
que hice yo la comida mira cómo no qumé nada, todo sabía bien...
-Bueno, no me jodas. A ver si uno va a
poder cagarla poniendo unas acelgas y un filete a la plancha.
Juan hizo un extraño gesto de
aceptación y cogió un filete. Después de meterse dos trozos en la
boca fue torciendo el gesto. En un espacio como de quince segundo
dijo:
-Yo esto no me lo voy comer. Está
duro y huele a podrido.
-Mira, Juan, no me jodas, yo he visto
esos filetes crudos y eran una carne roja con un corte cojonudo, de
esa que da ganas de morderla en crudo.
-Pues cómetela tú, eso me va poner
malo.
Entonces probó las acelgas. Torció
aún m´s su gesto hasta ese punto que sólo Juan era capaz de
llegar.
-No las has rehogado.
-¡Joder! Pero si has dicho miles de
veces que quieres las verduras sin rehogar.
-Pero no las acelgas que pareces
tonto.
-Me dan ganas de darte una de
hostias...
En este momento Doña Marta entró por
la puerta y los dos hermanos interrumpieron su riña. Doña Marta se
quitó el abrigo se puso cómoda y tras ver la comida se sentó a la
mesa. Parecía muy satisfecha:
-Ayhijosdagustoconvosotrosquébienhabéispreparadotododespuiésdetodalamañanaconlosniññosqué
bienentraelfilete...
-¡Otra igual! -dijo Juan-. Cuando
enferméis por comer carne podrida no os pienso cuidar.
-Quépasahijoestoestábuenísimoandasiéntateuycomealgoqueveotuplatoentero...
-¡Ya he comido y no pienso probar
eso!
-Mamá, pro favor tú que tienes
legitimidad dale una bofetada, o mejor una paliza -dijo Fran.
No hay comentarios:
Publicar un comentario