domingo, 25 de marzo de 2018

Respira al menos, mamá.


Nuestro héroe alivió en los dos primeros días de aquellas vacaciones toda la carga de madrugones que llevaba. Se levantó pasada la una de la tarde ambos días. Y el domingo encontró algo encima de la mesa del pasillo, que inequívocamente señalaba la fecha en la que se encontraba: un ramo de olivo. Además Doña Marta ni estaba ni la esperaban. Sí, sin duda era Semana Santa. Y para Doña Marta aquello era más importante que para un niño el día de los reyes magos.



-Ayhijovasacompararlailusióndeunosregalosparalalosniñosunailusióninfantilconelmomentomás

álgidodelainteractuaciónconDiosestohayquevivirloyatengoyoaquíunalistadetodoslosoficiosen

Madridparairaellosnopiensopararencasaytodoslosconciertosdemúsicasacraquetenemosyluegolas

procesiones... -explicaba frenéticamente Doña Marta

-Mamá, si el año pasado lo miré, ni siquiera tenemos aquí en Madrid imágenes importantes como las de Salzillo, las de Sevilla -dijo nuestro portagonista

-Peroelsentimientoesdeverdadhijomiotendríuasqueestarasllíteinvitosiquieresquetienesqueverlo

grandiosoqueesnotelopierdasyluegorrepresentacionesdelapasiónconmusicasacraytodo...

-Bueno, si tú lo disfrutas Juan y yo nos pondremosa hacer cosas para que estés libre.

-Nohijoelpandelastorrijasmelodejasquequereisarriconconarmepatrecementiranomedejáisdejarhacer

nadaqueréisdarmedeladocontofoloquermeelevalamorallaSemanaSanta...

-Está, bien está bien, a tí te da el cura hostias, que deben estar enriquecidas con anfetaminas visto lo visto, y Juan y yo nos conformaremos con toriijas. Pero tómate un respiro que te va a dar algo.
 
 

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