lunes, 19 de marzo de 2018

Cachopos y huertos.


-Deja ya de tragar, Fran -dijo Carolina Gordal-. Cada vez que te veo es en una comilona.

-Pero si esto es porque el día de tu cumpleaños nos quedamos con las ganas.

-No, es porque yo quería probar los famosos cachopos que muchas veces había oído hablar de ellos, pero no los conocía.

-Pues ya ves. Una especie de San Jacobos gigantes y más rústicos. Nada del otro mundo

-¡Pues para ya de comer! -dijo Juan-, que llevamos todos diez minutos que hemos parado y tú ahí sigues.



La familia Gordal Palacios había vuelto a salir de comer y para cinco habían pedido de comer tres cachopos. En trozos que cada uno iba cortando los probaron, pero hacía veinte minutos que dos pedazos del mismo habían quedado en la fuente y nadie los tomaba salvo nuestro protagonista.



-Pues te digo en serio, no me parece mal, pero tampoco es un plato que yo repetiría todos los días.

-Ayhijomenosmalporquesitodoslosdíastuvierayoquecomerestoacabaríabaldadayatiparecequenote

cuestanadasalesatupadrequelegustabacomerybeberbienojaláestuvieraaquíparavernoshoyhubieradis

frutradounmontón...

-Pero esto no se quedará en la lista de mis platos favoritos.

-Pues yo estoy pensando posibles rellenos y preparaciones -dijo Alvarito.

-Pues acabado todo, Carol ¿Por qué no abres tu regalo? La otra vez te lo dejaste en casa.



Carolina abrió el regalo que Fran y Juan le habían traído y rompió a reír.



-Semillas para un huertecito. Bueno, pues la próxima vez comeremos de esto

-Lo usaré para preparar cachopos -dijo Alvarito.

-No, que no me han gustado -dijo nuestro protagonista.
 

-Pues quién lo diría -respondió casi a coro la familia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario