-Pero si esto es porque
el día de tu cumpleaños nos quedamos con las ganas.
-No, es porque yo quería
probar los famosos cachopos que muchas veces había oído hablar de
ellos, pero no los conocía.
-Pues ya ves. Una
especie de San Jacobos gigantes y más rústicos. Nada del otro mundo
-¡Pues para ya de
comer! -dijo Juan-, que llevamos todos diez minutos que hemos parado
y tú ahí sigues.
La familia Gordal
Palacios había vuelto a salir de comer y para cinco habían pedido
de comer tres cachopos. En trozos que cada uno iba cortando los
probaron, pero hacía veinte minutos que dos pedazos del mismo habían
quedado en la fuente y nadie los tomaba salvo nuestro protagonista.
-Pues te digo en serio,
no me parece mal, pero tampoco es un plato que yo repetiría todos
los días.
-Ayhijomenosmalporquesitodoslosdíastuvierayoquecomerestoacabaríabaldadayatiparecequenote
cuestanadasalesatupadrequelegustabacomerybeberbienojaláestuvieraaquíparavernoshoyhubieradis
frutradounmontón...
-Pero esto no se
quedará en la lista de mis platos favoritos.
-Pues yo estoy pensando
posibles rellenos y preparaciones -dijo Alvarito.
-Pues acabado todo,
Carol ¿Por qué no abres tu regalo? La otra vez te lo dejaste en
casa.
Carolina abrió el
regalo que Fran y Juan le habían traído y rompió a reír.
-Semillas para un
huertecito. Bueno, pues la próxima vez comeremos de esto
-Lo usaré para preparar
cachopos -dijo Alvarito.
-No, que no me han
gustado -dijo nuestro protagonista.
-Pues quién lo diría
-respondió casi a coro la familia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario