domingo, 12 de mayo de 2019

El sesgo de una librería.

 
-¡Años llevaba buscando este tebeo! -dijo Juan Gordal al encontrar La Muerte húmeda, de Max en aquella recóndita tienda.
-¿Conocías esta libería? -preguntó nuestro protagonista.
-Qué va, de esta zona, de Tribunal, conozco tres o cuatro muy localizadas.Vamos a verla.

La librería estaba en una calle recóndita de aquel corredor por el cuál pasaban de forma habitual los hermanos de camino a otras tiendas de cómic o en busca de bares para tomar cervezas. Nuestros dos protagonistas habían pasado por delante de ella miles de veces sin comprar nada, de hecho casi sin mirarla, pero aquella joya del autor mallorquín les llamó la atención. ¿Habría dentro más cosas así? Sin embargo, al entrar, ya nuestros dos protagonistas se asombraron de que la puerta estaba franqueada con dos pilas a modo de jambas de libros poco recomendables:

-Joder, uno de esos de teorías conspiranoicas sobre el 11m. Y presumían de "demostrar", nada menos la gilipollez -dijo nuestro protagonista.
-Y aquí uno sobre la impecable estrategia militar de las tropas alzadas de la Guerra Civil.

Dentro de una librería no muy grande, había un respetable rincón de cómics antiguos de Bruguera y algunos personajes desaparecidos de circulación que llamaron la atenciónde los hermanos, pero también un ejemplar de Españíssima, una extraña superheroína creada por un vividor valenciano de extrema derecha, cuya historia pueden ver aquí:



 -Años llevaba yo hablando de ese personaje, y parece que ahora todo el mundo lo conozca de siempre -dijo Juan.
-Bueno, vamos a pagar y largarnos, que en la sección de historia solo hay biografías de gente como Serrano Suñer o Carrero Blanco -respondió nuestro protagonista, y ambos salieron de aquella tienda.

Ya en la calle, Juan observaba su cómic y respiraba:

-Hemos sacado una joya del mismo infierno.
-¿Y cómo podía estar eso allí?
-Casi me estoy arrepintiendo de dar dinero a un tarado como debe ser el dueño de esa tienda, Fran.
-Mira, tú has encontrado eso allí, no te comas más la cabeza. No volveremos allí y punto.
-Pero el dinero ya lo tiene. Para una vez que lo encuentro, tiene todo que ser así, y joderme ya para siempre que mire este tebeo.

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