miércoles, 22 de mayo de 2024

Lo importante está en el interior

 


Nuestro protagonista miró su cartera. Recordó aquel diálogo que tuvo en el puesto del Rastro
donde la compró con el vendedor:

Durará tiempo ¿no? Es que la última que
 tuve, que la compré porque me pareció 
barata se ha quedado en nada —dijo 
en aquella ocasión Fran.
Claro. Y además cuando vayas 
usándola notarás que se pone negra, 
no te creas que va a
 tener siempre ese color —respondió 
el vendedor.Si a mí me gusta este color. Pero bueno, tampoco pasa nada porque se ponga negra. Y 
esperemos que haya uso porque significará que tengo pasta.

Pues bien, aquel momento había llegado. Cuando Fran cambió del bolsillo de los pantalones aquella
cartera aquel día, observó que ya tenía el color que el vendedor había previsto. No le disgustaba,
pero a veces le gustaría que su cartera no fuera del clásico color negro.

Bueno, Fran, eso yo creo que es inevitable —le dijo Juan Gordal.No veo yo por qué el dinero tiene que ir siempre de lujo. Por lo menos sigue siendo útil. La que 
tuve antes no paraba de soltar porquerías y pelotillas.Mira, las carteras un poco recias son de colores oscuros.No debería ser así. No veo que  eso ayude en nada.Fran, las carteras buenas son negras o se ponen. Esta tuya está perfecta salvo por el color.Bueno, habrá que aceptarlo. Pero hasta los bordados que tenía el cuero se han desdibujado.

Nuestro protagonista observó el monedero e intento seguir las siluetas de plantas que adornaban
su cartera. Se dijo que no tenía mucho sentido adornarlo así si la idea era que se oscureciera con
el tiempo.

Bueno, —sentenció—, por lo menos es cierto que la estoy usando.Eso es, Fran —añadió Juan—. En las carteras siempre lo importante está en el interior. 


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