miércoles, 26 de marzo de 2025

El recuerdo del más miserable

 


Fran observó una placa en la fachada de aquel edificio de la Gran Vía. Como era
su costumbre se paró a leerla, pues era opinión de nuestro protagonista que si
las placas conmemorativas y similares se grababan y colgaban para recordar personajes
o hechos que alguien consideraba memorables, uno debía al menos prestarles atención
a ver el suceso que motivó que alguien colgara ese trozo de metal o granito. En este
caso la placa era en recuerdo del Conde de Peñalver y su obra y legado en aquella
importante arteria de la ciudad. Nuestro protagonista se disponía reanudar su camino
cuando oyó que una voz le afeaba el gesto de mirar la placa.

¡Hace cuatro meses que mendigo aquí y nunca se me ha pasado por la cabeza 
mirar la fachada!—le dijo en tono recriminatorio aquel indigente—. A ver a qué 
viene pararse aquí.

Fran, sorprendido, reanudó su camino. No iba a ponerse a discutir ni explicar cosas
a un mísero sin techo que bastante tenía con lo que tenía, pero nunca había creído que
ese gesto pudiera molestar a nadie. Consideró también si no debería haber reparado
en una persona en evidente situación de necesidad antes que en la placa, pero después
del encuentro no estaba dispuesto a darle limosna. En el fondo había cierta rabia en las
palabras de aquel mendigo, pues probablemente era consciente de que de él, situado en
el mismo lugar que recordaba al Conde, nadie se molestaría en dar testimonio décadas
después de su muerte. Se alejaba nuestro protagonista pensando en las obras que escribiría
y en su viejo sueño de alcanzar fama e importancia y se dijo que entonces él podría poner
una placa en recuerdo de aquél mendigo. Comenzó a imaginarla debajo de la del Conde:

 «En esta esquina el Creador de mundos Francisco Gordal fue increpado por un indigente. 
Lamentando su situación y consciente de que nadie más recordaría a aquel pobre, el 
Creador de Mundos le recuerda y anima a los transehuntes a pensar en los sin techo.

 Madrid, fecha futura por determinar».

 Sí, eso haría. Le daría a aquel pobre mucho más que un euro para salir del paso. Lo
 convertiría en una figura trascendente. Y pensando en ello, Fran pudo proseguir su camino 
con la conciencia más tranquila. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario