miércoles, 19 de marzo de 2025

El asunto de la gelatina

 

 

Aquella tarde
nuestro protagonista
 acompañó a 
Carolina Gordal
 al supermercado
 a hacer una de
 sus compras de
 los productos que
 ella se compraba 
personalmente aparte
 de los que consumían
 los tres hermanos. Entre ellos entraban varias unidades de gelatina de fresa que se anunciaba 
como rica en proteínas. Pero Fran observó que su hermana empezó a coger paquetes de la misma
 en muy gran cantidad.¿Eso se estropea? Estás cogiendo muchas —preguntó nuestro hombre.Es que Juan me las quita. Estoy cogiendo también para él.Joder, sois como críos de teta.

 Nuestro personaje empezó a recordar la pelea a gritos que había vivido hacía dos días cuando Carolina recriminó a voz en grito a Juan el haberse comido la última gelatina de la compra anterior. Carolina diciendo que era suyo, Juan explicando que tenía hambre por la noche... pero a nuestro protagonista le llamó la atención la solución final por la que optó Carolina.¿Entonces le vas a pagar a él las gelatinas? ¿Puedo yo pedir cosas para mí?No es lo mismo, porque las gelatinas también me las como yo.Bueno, yo también te cojo frutos secos y alguna otra de tus compras.¡Pues os vais a joder los dos! A partir de ahora cuando compres traes también frutos secos y gelatinas.¿Y te seguirás comprando tú para ti? —inquirió Fran.Os gastáis el dinero vosotros. ¡Yo me pillo lo mío como siempre he hecho!Pero es absurdo gastar el doble en lo mismoMis gelatinas son para mí. Joder, gritando en el súper. Habéis vuelto Juan y tú a los seis años. 

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