-Pues esta prueba es curiosa, pero creo yo que estaba convenida -dijo Juan al ver aquella eliminatoria
del programa Top Chef.
-No, creo que tienen ingredientes bastante normales. Lo único que no, el cabracho, que no solía
verse hasta el Mercamadrid por aquí, pero en Cataluña es un pescado muy común -respondió nuestro
protagonista.
La prueba consistía en llevar a los concursantes, cocineros profesionales de cierto nivel, a una casa
cualquiera de los espectadores del programa y preparar un menú para doce con lo que encontrasen.
Juan creía que ese menú era demasiado bueno para no estar pactado.
-Con cosas caseras se puede cocinar muy bien, Juan -insistía Fran.
-Vamos, no me jodas que entran aquí y tienen para un bizcocho, pescado en salsa y una macedonia
de frutas tremenda, salvo que acabemos de ir a la compra.
En esto, Diez salió de su caseta con un hueso de chuleta de cerdo en la boca. Fran dijo:
-Mira, hasta este enano tiene su reserva.
-¡Coño, pues ya que lo dices voy a ver que tiene en su caseta!
Ambos hermanos se quedaron admirados: Varios pedazos de queso, huesos, algunos trozos de
embutidos, migas de varios tipos de alimentos... Sin duda Diez había guardado comida durante
meses para irla aprovechando.
-Y no tenía ni que guisarla. Éste sí que sabe -dijo Fran.
-No te olvides de todos los bichos que les han salido.
-Pues no, y recuerda que tenemos que limpiar su caseta más a menudo.
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