-Bébete la leche con miel, eso es muy bueno -dijo Doña Marta.
-Gracias, mamá, pero creo que solo es cuestión d dejar que se pase.
Por vez primera aquel año, nuestro héroe había sucumbido al frío del invierno. Tres días llevaba con la
garganta y la nariz cogidos. Con ello se había escaqueado de los últimos días de clase antes de las
vacaciones.
-La verdad es que creo que no estás del todo molesto con el catarro -dijo Juan
-Pero ya llegan las fiestas y no puedo celebrarlas a gusto en este estado.
-Entonces tápate y cuídate, y piensa en las fiestas, que te dará fuerzas.
-Ya lo hago. ¡Por mis cojones que el día de nochebuena estoy bien!
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