miércoles, 18 de marzo de 2015

Cuidar las zapatillas

 Aquel día nuestro protagonista se decidió a tirar aquella zapatillas viejas que aún usaba pese a tener ya
 compradas las nuevas. No las usaba mucho, se dijo, y aunque estuviesen muy castigadas aún podría 
usarlas un tiempo antes de gastar las nuevas. Después de que el día anterior les descubriese un agujero en 
la suela, ya su tiempo había terminado. Por suerte, pensó no tocaba ir de nuevo de compras pues tenía 
unas nuevas muy aparentes. Pero al ponérselas... ¡Cómo era pisible! Estaban persdiendo la suela! Pero si 
nunca habían sido usadas. Nuestro héroe se estremeció nte lo que se venía encima: los 30 euros de 
desembolso, las tardes de mirar zapatillas... No, antes les pondría pegamento y las usaría todo el tiempo 
que pudiese. Pero no hubo manera. La suela no se sujetaba bien por mucha cola que pusiese, y no podía 
andar bien. Al final tuvo que comprar unas nuevas.

 -A qué ritmo de zapatillas vas -le recriminó Doña Marta-. Ya podrías usar las que tienes en lugr de 
comprar tantas.
 -Quizás -respondió Fran-, o quizás usar las buenas antes de que se rompan. 
 

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