-Que no puedo dormir, en cuanto lo intento me dan unos
accesos de tos terribles. Yo voy a volver al médico -repetía
Doña marta Palacios.
-Mamá, en serio. Tienes que parar y cuidarte eso. Nadie va a
darte una cura milagrosa que te libre de
todo -dijo Juan Gordal.
-Pero es que ya llevo una semana.
-Una semana en la que no has hecho el menor caso a los
médicos. Así no se te va a pasar.
Los dos hermanos intentaban explicarle a su madre que era
imposible recuperarse de forma instantánea de un catarro de
pecho. Doña Marta aseguraba que nunca le había pasado, que
eso era extrañísimo, que no se le pasaba... Hasta dos médicos
diferentes le habían dicho que reposase y se curase, pero no
quería. Y lo malo es que dormía poco porque en cuanto lo
intentaba la tos le despertaba.
-Vamos a ver, mamá. ¿Tú no has visto que a los futbolistas les mandan descansar cuando se lesionan?
-Intentó razonar nuestro héroe.
-Yonosoyunfutbolistaynovoyapararporqueloquequieroesseguiryyallevoasíunasemana...
-¡Joder! Yo no sé cómo puedes hablar así con el catarro. En fin, el médico te volverá a decir que
reposes, no le harás caso y seguirás.
-Estonoesuncatarroporqueamínomehabíapasadonuncaytienenquevolveravémelo...
-Bueno, y cuando por tercera vez te digan lo mismo, ¿Les harás caso?
-Nomevanadecirlomismoporquellevounasemanay...
-Bueno, pues vete mañana.
Al día siguiente, Doña Marta fue a verse de nuevo su “terrible” mal al médico. Y al volver estaba
angustiada.
-Yo creo que no saben lo que tengo, y me va a dar una neumonía y me voy a morir.
-A morir no, pero como no nos hagas caso este catarro será igual de eterno.
-Noyoquierovolveratrabajaryadormiryasíno puedoy...
-Explícaselo tú, Juan ´dijo nuestro protagonista-, que a mí me cansa.
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