-Está
bien, puede continuar -dijo aquel agente a nuestro protagonista.
-¡Menudo
despliegue! Espero que no ocurra nada. Y eso que parece haber buen
rollo entre las aficiones y todo.
Fran
y Juan Gordal habían sacado como todos los días a Diez aquel 29 de
noviembre, cuando Rayo y Athletic de Bilbao jugaban en Vallecas. En
el último mes, todo el planeta de nuestro héroe estaba en alerta
ante posibles atentados terroristas, y en los partidos de fútbol
había unos cordones policiales fuera de lo normal. Por ello los dos
hermanos, que ni siquiera iban en aquella ocasión al fútbol, fueron
cacheados en la puerta. Y había varias líneas policiales alrededor
del campo, la calle del Payaso Fofó cortada, etc etc. Y fuera del
campo ambas aficiones con sus banderas entonando sus cánticos, pero
al parecer bien avenidas.
-A
partir de ahora, Fran -dijo Juan-, venir al fútbol va a ser un
coñazo.
-Pero
yo creo, y que me perdonen los del Rayo, que puestos a atentar, lo
harían en un campo más grande, con más repercusión.
-Desde
luego, aquí hubo a veces altercados de aficiones y no había ni la
mitad de maderos.
-A
ver si ahora, todos los días vamos a vivir en estado de excepción,
hasta el fútbol parece ya cosa de valientes. Las veces que de verdad
hemos ido al partido nunca nos había pasado esto.
-Ya
no será posible tener un momento de relax ni viendo al Atleti. Me
preocupa.
Apesadumbrado
con esto seguía nuestro protagonista cuando llegó la jornada
copera del día 2 de diciembre. El Atleti ganó su partido sin
problemas, bien es cierto que ante un rival menor, el Reus de 2ª B,
pero el fútbol parecía haber dejado de divertirle, pues no le era
posible pensar más que en aquel cordón policial. Y aquella jornada
copera, sin grandes duelos ni dificultades para los equipos
teóricamente superiores no ofrecía demasiado espectáculo que
hiciese olvidar este trago. Y entonces ocurrió por fin algo a
comentar. El tercer equipo de la ciudad de nuestro héroe, aquel
repugnante a los ojos de cualquier observador con un mínimo de
objetividad saltó al campo ante un rival inferior. E iba a
proporcionar por un camino insólito la gran sorpresa copera. Manolo
Lama, Paco González y su equipo estaban recitando su alineación en
la radio, cuando de pronto intervino su compañero que llevaba las
estadísticas:
-Oye,
¿ha habido una amnistía o algo así para los que arrastrasen una
sanción en copa? -preguntó.
-Pues
no que yo sepa -respondió Paco González-, pero ahora lo miramos.
-Es
que si no es así, Cheryshev no puede jugar este partido.
-¿En
serio?
-Que
sí, que en la temporada anterior acumuló tres amarillas y tendría
que cumplir una sanción en copa. Si juega es motivo de eliminación
inmediata según el reglamento.
Aquello
desencadenó una actividad frenética en la radio. Nadie podía creer
que el equipo cuyo nombre es indigno de aparecer en este blog
estuviese cometiendo tan estúpido error. Pero tras mirar todas sus
listas, tablas y estadísticas, se confirmó, ese jugador no debía
estar participando en aquel partido. La afición del Cádiz, famosa
por su sentido del humor, para la media hora de partido ya se había
enterado y empezó a entonar cánticos burlescos al respecto. Pese a
ganar el partido 1-3, el equipo vecino del Atleti había hecho un
monumental ridículo que todo el mundo pasó a comentar, las más de
las veces con un denominador común: seguro que aquel año las
chirigotas del carnaval de Cádiz iban a versar de aquel incidente.
Aún intentarían de forma pueril los servicios jurídicos de dicho
club durante toda la semana siguiente que no se les aplicase el
reglamento arguyendo estupideces del estilo de que no se lo habían
comunicado, cuando se sabía desde el mismo momento que aquel jugador
vio la amarilla. O que ese reglamento era para otros casos. Eso no
hizo sino aumentar su humillación, y por fin nuestro protagonista
volvió a sonreir con el fútbol. Como en la vida, el fútbol
demostró esa semana tener un ciclo de sustos y alegrías que lo hace
incomparable. Y dio gracias al equipo vecino por ser así de estúpido
y proporcionar un momento de risa cuando le hacía más falta con el
fútbol.
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