-Pues
aquí tenéis, cuatro ostras -dijo nuestro protagonista a Carolina,
Alvarito y Juan.
-¡Estás
loco! -dijo Cárol-. Te has dejado en invitarnos una barbaridad.
-¿Una
barbaridad? Cuatro ostras y las cervezas, 10 euros, no es que sea una
fortuna.
-¡¿Y
ese décimo, qué?!
Fran
recordó que unos minutos antes había comprado una participación de
lotería de Navidad que vendían en aquel bar. 22 euros sería mucho
para gastar en lotería todos los días, pero era una vez al año y
todo el mundo la compraba.
-¡No
se te puede dar nada! Te gastas todo en bebida y juego -prosiguió
Carolina.
-Joder,
no creo que una ración de siete pavos y comprar un décimo en
Navidad sea mucho pedir.
-Tú
te crees que eres Mayweather -intervino Juan-. Una salida tuya debe
ser con la mano delante y la mano detrás.
-Mira
cómo Alvarito y yo lo guardamos todo.
-Cárol,
me has invitado tú a más cervezas en las últimas semanas que yo
atí en toda mi vida.
-Yo
tengo ingresos fijos y.. Dile tú lgo, Alvarito.
-Yo
me callo en cosas entre hermanos -dijo el cuñado.
-Bueno,
ya has oído a Mister Caravana. No me parece que este gasto en
navidad sea excesivo.
-Ya
hablaré yo con mamá, ya.
Nuestro
protagonista se reía, pero al entrar en casa Doña Marta Palacios lo
reprendió:
-¿Es
verdad que andas despilfarrando el dinero de la paga extra todo en
cerveza, ostras y juego?
-Mamá
-dijo sorprendido nuestro protagonista-, tú también has pillado
décimos de lotería.
-¿No
lo niegas? A ver si este año para ti no vienen los Reyes.
-Joder,
que han sido 27 euros y..
-¿Y
te parece que estás para invitar?
-Mamá,
que no es todos los días, lo he hecho el día antes de Navidad que
viene mi hermana.
-Pues
nada, tú sin Reyes.
-¡Hay
que joderse! Uno invita mínimamente a la familia y parece que haya
estado quemndo billetes. Pues yo también, como toque el décimo no
os doy ni un céntimo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario