martes, 1 de diciembre de 2015

Tyson-Douglas, un combate del que sacar lecciones.

 "Lo que acabamos de ver deja la Cenicienta a la altura de una triste historietilla."

(Los comentaristas de la HBO trs bver a Tyson noqueado por Buster Douglas)

-Bueno, a ver qué te parece -dijo Juan Gordal a nuestro héroe-. A mí ahora que sé cómo fueron las cosas para ambos a partir de aquí, me da un poco de lástima.
-Sin embargo no se puede entender a Tyson sin este combate.

El 10 de febrero de 1990, en Tokio, se disputó un combate que desde luego no pasará a la historia de los pesados por el magnífico espectáculo ofrecido, fue más bien un combate ramplón con pocos momentos de espectáculo, pero que sí nos dejó una de las más grandes sorpresas que ser recuerdan no solo en boxeo, sino en cualquier deporte. Mike Tyson, el gran dominador de la categoría durante los años 80, el mejor peso pesado desde Muhammad Ali, volvía al ring. Aunque su vida y carrera daba algunas muestras de ir cuesta abajo, sobre todo desde que le faltaba su preparador, Cus d´Amato, aún nadie le había derrotado en el ring, y de hecho pocos de sus rivales le habían aguantado los doce asaltos. Se presentaba aquella noche en Tokio con un récord de 37-0 y 32 K.O.s, 17 de ellos en el primer asalto. Por lo visto, había perdido hábitos e intensidad en sus entrenamientos, y su vida privada empezaba causarle muchos problemas: problemas con su novia del momento, relación tensa con sus managers y preparadores... Aun así, las apuestas le daban favorito por 42 a 1. Enfrente, James “Buster” Douglas, un oponente desconocido entonces, una víctima propiciatoria para Tyson. Douglas se presentaba con un récord de 29-4-1 a la pelea, y no había tenido grandes rivales hasta aquel momento. Los directores de la carrera de Tyson pretendían que fuese para él un mero trámite antes de una anunciada lucha con el que sí se esperaba que fuese por fin un rival que diese algo de juego a Tyson, Evander Holyfield, que por entonces ya empezaba a despuntar. Lo que ocurrió nadie podía esperarlo.

-Para mí Douglas está controlando bien la pelea -dijo Fran-, pero Tyson, y más en ese momento tenía un peligro tremendo.
-Eso se ha discutido muchas veces, hermano. Hay quien dice que Tyson se dejaba hacer, que Douglas sorprendía... pero sí, era superior hasta que... Bueno, ya verás lo que ocurre en el octavo asalto.

En efecto, llegado a ese punto, Tyson derribaba a Douglas y parecían volver las aguas a su cauce, pero este se levantó. Siguió plateando igual el combate, y en el décimo, fruto de ese control Tyson encajaba primero un uppercut y después una combinación tremenda que le mandaba a la lona. Douglas, contra todo pronóstico se convirtió en el rival que plantaba cara y derrotaba al fenómeno. Lo que no había podido hombres como Michael Spinks, Frak Bruno o Larry Holmes (que volvió al ring solo para ver si el último campeón podía hacer algo contra Tyson) lo consiguió el desconocido Douglas. Dado que siempre había estado muy ligado a su madre, y la perdió poco antes del combate, toda su esquina, llorando de emoción, le dedicó la victoria.

-Esto a los americanos les debió encantar -dijo Fran-. Siempre les ha gustado la historia de gente que hace realidad lo imposible contra todo pronóstico.
-En efecto, Fran. Quisieron convertirle en un símbolo de superación, en un deportista que encarnase el “si quieres, puedes.” Pero después de esto nunca volvió a boxear así de bien. Holyfield, que esperaba a Tyson, boxeó con él ocho meses y medio más tarde y le noqueó entres asaltos. Era un boxeador del montón que tuvo la suerte de hacer el combate de su vida con Tyson. Además, por lo visto, era medio adicto a la comida, sobre todo desde la muerte de su madre, y eso combinado con que era diabético hizo que llegase a sufrir un coma. Pero cuando se dió cuenta reaccionó, ganó su buen dinero, siguió con su carrera un tiempo, y, yo creo que con buen criterio, se retiró cundo vio que no iba a volver a tener un combate con Tyson que le hubiese enriquecido mucho más. Ahora vive en un rancho en su Ohio natal y escribe libros de cocina para diabéticos además de tener una fundación contra la diabetes.
-Sí, incluso la marca de videojuegos Sega lanzó un juego de boxeo de Douglas para Mega Drive y Master System, porque era la época de máxima rivalidad con Nintendo, que había sacado uno de Tyson para la  Nintendo. El mensaje que querían lanzar era muy obvio.Y Tyson ya nunca volvió a ser el mismo. Su vida personal se había jodido y le quedaba el ring. Aquí también lo perdió.



-Una lástima. En todo caso, este combate si ilustra un tópico muy manido pero que allí está: puedes tener mucho más talento, que si no sabes gestionarlo, los resultados no serán buenos. Douglas, con mucho menos que Tyson, se fue con una carrera bastante aceptable, y se retiró bien.
-Y sobre todo, llevó bien su vida personal, cosa que Tyson no hizo desde que perdió a d'Amato.

 Como siempre, este narrador les ofrece la oportunidad de opinar. Aquí tienen el combate completo para que quien quier juzgue por sí mismo. 

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