Aquella mañana, nuestro protagonista hizo algo poco habitual en él, habían venido la tía María Cristina
y el Tío Paco de mañana y lo sacaron de su sueño para ir al Retiro. El Retiro a esas horas era un lugar
muy agradable en los meses veraniegos, pero nuestro protagonista cada vez lo pisaba menos desde que
Diez, que se iba haciendo mayor, se negaba a andar como antes. Aquella mañana vino de improviso la tía
María Cristina y llevó a nuestro protagonista al parque. Fran, que conocía bien el parque intentó
enseñarles cosas del mismo que pudiesen no conocer, y en especial el río artificial que había cerca de
la Rosaleda.
-Bueno, ya veis. Aquí hay patos y peces, y algunos animales que no suelen verse.
-Parece casi un arrollo de la selva -dijo el tío Paco.
-No exageréis, se nota mucho que es de ciudad. Mirad a los patos y...
La tía María Cristina interrumpió a nuestro protagonista observando algo:
-¿Qué le pasa a ese pato? No puede nadar bien ¿Estará enfermo?
El tío Paco y nuestro protagonista se fijaron en él. En efecto un pato joven nadaba de forma irregular.
De primeras pensó nuestro héroe que tuviese una pata enferma. Y no se equivocaba, pero cuando se
acercó pudo precisar un poco más su mal: una enorme tortuga de las que habían colonizado los
parques urbanos le tenía cogido de la misma. Los tíos de nuestro protagonista empezaron a pensar
cómo liberarlo: tiurarle una piedra, un palo... El tío Paco se apostó con un palo enla orilla esperando
que ambos animales pudiesen acercarse lo suficiente para ayudar al pato. Pero en ese intervalo logró
soltarse por sus propios medios y fue a refugiarse a la orilla.
-Joder, pues ya ves, una escena de documental de la selva aquí mismo.
-Están metiendo tantos bichos en los parques que están creando ecosistemas raros aquí mismo. Y yo
que decía que esto no dejaba de ser urbano..
En esto una cotorra de las que están colonizando árboles y parques berreó desde lo alto de uno de
esos enormes nidos de palos que tejen.
-Otro bicho exótico que no hace más que joder aquí. Y no hay forma de pararlas -dijo el tío Paco.
-Pues sí, al final vais a tener razón, nos están trayendo a trozos la selva a casa.
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