Pues
aquel año, nuestro protagonista despertó el día de su cumpleaños
algo atribulado. Era una de esas edades redondas, cada 5 años, donde
uno tiene tendencia a plantearse cómo está llevando su vida, si las
cosas están saliendo... El hecho innegable es que había llegado a
los 35 años. Tenía estudios, había ayudado a su familia viajado...
Pero seguía sintiéndose incapaz de dejar su casa y de avanzar con
ninguno de sus proyectos. ¿Trabajo? Poco y malo. ¿Había logrado
sacar alguna de sus series de ficción proyectadas? No. ¿Amor? No le
iba nada bien en este aspecto. Pero sin embargo notaba algo dentro de
sí que le movía a empujar por sus deseos, algo que le impedía
abandonar. Se duchó y se levantó pensando qué podría ser. Y
cuando salió de la ducha, Doña Marta Palacios, que venía de sacar
a Diez, le saludó muy efusivamente:
-¡Hola,
hijo pequeño! Parece mentira que ya tengas esa edad.
-Hola,
mamá.
-Ven
que te felicite. Te voy a preparar unos callos y ahora iremos a por
la tarta.
Fran
se sintió reconfortado, y por un momento olvidó todo lo que se
había levantado pensando. A la hora de la comida, Juan Gordl le
sorprendió de verdad:
-Bueno,
debería darte mucho más que esto, pero aquí está mi regalo.
Nuestro
protagonista no podía creerlo: ¡La nueva camiseta del Atleti!
-Te
has pasado Juan. No me lo puedo creer.
-Tú
mereces eso y mucho máas, sólo falta que sea una camiseta de
campeones.
Carolina
Gordal y Alvarito, por su parte, le trajeron vales para las piscinas
y le ofrecieron un viaje en la autocaravana.
-Muchas
gracias me vendrá muy bien
-Todo
lo que queremos es verte feliz.
Y
así, un año más, nuestro protagonista entendía qué le animaba
siempre a seguir. La gente tan maravillosa que le rodeaba. Y por la
tarde habló con el primo Mario, La tía Maria Cristina, la tía
Clara, sus amigos... Sí, esa gente le dará fuerzas patra lograr
todo lo que se proponga.
No hay comentarios:
Publicar un comentario