-¡Qué cosas se os
ocurren! -dijo Doña Marta Palacios que siempre que le traían algo
diferente a lo habitual reaccionaba de la misma manera-. ¡Presa
ibérica! No lo he traído en la vida.
-Pero a mí me tocaba
hacer hoy la compra, y he traído lo que me apetecía a mí.
-La presa está
buenísima, pero ¿sabes prepararlo?
-Sí, Juan, simplemente
a la plancha. Y además no le voy a echar encima la salsa, por si me
ha salido mal.
Doña Marta se
estremeció al ver la botella de vino de mesa que Fran había traído
como ingredinte de dicha salsa.
-¿Y este vino?
-Era para el guiso.
Además lleva orejones, ciruelas pasas...
En este momento, Juan
también estalló contra nuestro protagonista:
-¡Tú no reparas en
gastos, cuando tienes que traer la comida!
-Juan, el vino y los
orejones han costado en total 5.25 euros.
-¡Pues yo hubiese
traído algo que no necesitase acompañamiento! De hecho la presa
está bien sin nada!
-A mí,eso no me
importa. Comida hay que traer. Pero has traído cosas que no se traen
jamás.
-Vamos, que palos por
una cosa y por otra
-Es que lo haces todo
mal. Gastas, traes cosas que no gustan...
-¿Que no gustan? Ahora
vamos a llevarlo a la mesa.
-Pues esto está muy
bueno -dijo Doña Marta-, pero donde esté lo que s ha comido toda la
vida...
-Y a mí me gusta más
sin salsa, y te has gastado un dineral.
- El caso es que habéis
comido los dos y cinco euros no es un dineral.
-Pero ninguno está
contento, por algo será.
-Pues la próxima vez
que tenga que traer la comida me la voy a traer solo a mí.
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