Nuestro protagonista
miraba una vez más los mensajes del móvil y como siempre
últimamente, la tía Clara le mandaba fotos de la pequeña Marimar.
Insistía mucho en que nuestro protagonista parecía haberle cogido
cariño a la niña, y que cuando la viese se le caería la baba.
-Es que es verdad que
preguntas mucho por ella Fran -le decía Juan
-Claro, ¿no ves que la
quiero convertir en la mejor luchadora de MMA de todos los tiempos?
-Joder, si la tía Clara
supiese que sólo te interesa par eso...
-Pero si lo he hablado
con el primo Mario y toda su familia muchas veces. Y claro que me
gusta ver crecer la niña.
-No, lo que pasa es que
como tú también te comportas como un crío te alegras de tener a
otro de tu mentalidad en la familia.
-Si dices eso por joder,
te estás echando mierda a ti mismo, porque con el que más tiempo
paso de casa es con mucho mi querido hermanito.
-Bueno, bueno, yo te
ayudaré a hacer de ella la nueva Ronda Roussey.
Entonces llegó Doña
Marta Palacios:
-HolahijoscreoqueestabaishablandodeMariMaroshabrámandadomásfotosdelaniñaaversimeladejáis
verqueyosiempremelapierdo...
-No, mamá, observa a la
futura campeona.
-Ayhijosquecosasosdapordecirconlomonaqueestádjadlacrecertranquilaynolametáisenvuestrascosas
queparecequeloúnicoqueosimportaeselboxeoese...
-Bueno, según uno soy
infantil y según otra depiadado que solo pienso en pelearla. Que
escoja ella. ¡Pero que escoja la lucha!
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