-Río Grande, Juan -dijo
nuestro protagonista-. Tan humana, divertida y tradic ional como es
costumbre en Ford.
-Sí, el siempre decía que se llamaba
John Ford y hacía westerns. Pero a mí quizás me guste un poco más
un western donde los protagonistas no sean militaritos y tan
incorruptibles.
-Hombre, desde luego, esta película
es defensa a ultranza de los valores tradicionales, de la familia,
del ejército, de las instituciones americanas... Pero es una
historia tan humana y tan bien contada que nadie puede echarle nada
en cara. John Ford es el más grande porque esto nadie lo hace como
él.
-Lo de la familia me interesa. Porque
va de un militar y su hijo ¿no?
-Exactamente. Un coronel de
caballería, cuyo hijo no estaba a gusto en la academia, y se pone a
trabajar bajo sus órdenes. Y la madre, distanciada de los dos porque
no es tan apegada al ejército como ellos va a buscarlos. Todo esto
en medio de una campaña contra los indios que atacan en la
frontera.
-Vaya, o sea que precisamente Ford
mide aquí a la caballería del oeste y a la familia, dos de sus
obsesiones.
-Sí, y tiene varios clichés y
topicazos, pero las escenas de batalla son una gozada, la historia de
la familia es emocionante, y a pesar de lo previsible que pueda ser a
veces, la historia es muy entrentenida y atrapa. De verdad, será lo
clásico, lo que se ha hecho toda la vida, pero nadie lo hace como
Ford. Igual que el boxeo en estilo clásico y ortodoxo de Marvin
Hagler.
-Bueno, tanto no será, pero si tú la
recomiendas la veré.
-Y harás muy bien, juan.
Ficha de la película, aquí.
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