-Ayhijosestoeshorribleayonosésialgunavezlohabréistenidoyovoyavolveralmédicoporqueesqueno
puedorespirarymepitanlosoídosestonopuedesernormalyodeboteneralgomuymaloynohaymanerade
dormirconestoporquenodejaunodepitar...-decía
DoñaMarta Palacios sin parar ni un momento para tomar aire.
-Mamá -respondió nuestro héroe
aburrido ya de aquella verborrea-, todo lo que dices nmo son más que
los síntomas de la gripe. Aunque te parezca increíble, tanto Juan
como yo hemos estado acatarrados.
-Peroesquyemepitanlosoídosymispropiosruidosrespiratoriosmeimpidendormiryaunquemehetomado
loquemediceelmédiconovaamejoryovoyair...
-Has ido al médico cinco veces
-intervino Juan Gordal-. Todos te han dicho lo mismo. ¿Por qué no
los haces casos dos días de una vez y te curas?
Cada vez que Doña Marta se acatarraba
en invierno esta escena era habitual en la casa de los Gordal
Palacios. Se obsesionaba con que estaba sufriendo una enfermedad
respiratoria desconocida. A veces hasta lloraba y preparaba sus
posibles exequias. Juan y Fran se admiraban de cómo en tales
condiciones podía hablar a esa velocidad y ,moverse de la forma en
que lo hacía.
-Hijosyovoyairaotromédicoporquenosabéisloqueeeselpitidoesteylomolestoqueesporlasnochesy
quererdormirynopoderporelpitido...
-Mamá, el único remedio es echarte
en la cama, tomarte lo que te han mandado y no forzar. Es decir,
justo lo contrario de lo que estás haciendo.
-Peroesqueyonosésimeentendéissonunospitidosdebronquiosyoídosy...
-¡Lo que no entendemos es cóm o
hablas a esa velocidad estando acatarrada y con bronquios y pecho
cogidos!
No hay comentarios:
Publicar un comentario