-Que no, Fran, es normal, hoy era el
día más frío del invierno y estaban nevando copos -dijo Juan
Gordal
-Pero como un marica posmoderno de
ahora, duchándome con agua caliente. Yo me duchaba con agua fría
y...
-Hijoducharsepuedeserunamaravillaconelagua
calentitanotienesporquésufriryestosetratade
higiene
diarianodeverquiéneselmásbruto...
-Pero mamá, es que ya estaba
acostumbrado.
Nuestro protagonista llevaba entre
tres y cinco años duchándose siempre con agua fría. Era mejor para
un montón de cosas: la piel, la circulación, los nervios... Cuando
decidió hacerlo es verdad que lo había pasado mal los tres primeros
días, pero ya había logrado acostumbrarse y lo hacía con la mayor
naturalidad. Sin embargo, aquel día se levantó viendo una capa de
nieve caer sobre la ciudad, y el frío alcanzó valores que no solía
alcanzar. Fran siempre era muy reacio a hacer cualquier cosa que
supusiera un acomodamiento o aburguesamiento excesivo. Pero creía
que aquel día justificaría una comodidad extra que no solía darse
a sí mismo. Sin embargo, aun así luego estaba enfadado consigo
mismo.
-Fran, cualquier ser humano moderno
hoy se ducharía con agua caliente no hay que exagerar -le dijo su
hermano.
-Pero es que corro el riesgo de mal
acostumbrarme. Yo sé que cuando se pase esta ola, probablemente ni
me acuerde de esta controversia conmigo mismo, pero...
-Anda, en lo que de verdad debes
centrarte es en vigilar tu alimentación, que no logras adelgazar.
-¡Pues imagínate si encima voy
perdiendo los pocos hábitos buenos que me quedan!
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