-Que sí, lo que pasa es
que es el lugar donde se forma un remolino por todas las corrientes
que se entrecruzan. De modo que todo el material que flote acaba ahí
-respondió Juan.
Juan estaba hablándole
a su hermano de una inmensa isla de basura que últimamente
comentaban que existía en los mares del planeta donde vivía nuestro
protagonista. Tan grade, se decía como el país de Fran y Juan y que
empezaba a ser una preocupación.
-Dicen los astronautas
que no la ven los satélites y medios de observación espaciales
porque no es suficientemente densa -añadió Juan.
-Bueno, en realidad eso
en la inmensidad del mar no es tanto -dijo Fran -. No pienso
obsesionarme con ello.
De camino a casa, se
pararon en una explanada desde. Allí se podía ver una enorme
panorámica de toda la ciudad, y Fran le dijo a Juan:
-Joder, tan grande como
España, o sea, que estás en un barco en medio y hasta donde te
alcance la vista en todas direcciones ves basura. Debe ser bastante
impresionante.
-Sí, Fran, pero tú
mismo has dicho que ese problema quizás no sea para tanto y te
garantizo que en cuanto se pongan a ello en tres meses lo limpian
-Sí, no pienso
obsesionarme.
Al llegar a casa nuestro
héroe chequeó su correo electrónico, pero antes de verlo no pudo
resistirse a buscar información en internet sobre la isla. Según
algunos titulares era mayor de lo esperado.
-O séa, más grande que
España -dijo Fran.
-Bueno, no te
obsesiones, mamá nos ha dejado caballas parea cenar.
Mientras las calentaba,
Fran dijo:
-Y seguro que no vienen
de la isla de basura -insitió Fran
-Pero habías dicho que
no te ibas a obsesionar, Fran -le respondió Juan
-Es que hasta donde te
alcance la vista en cualquier dirección viendo basura...
-Ya veo que no debí
hablarte de ello.
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