Juan y Fran Gordal
paseaban a Diez por el parque, y de pronto este se puso muy tenso.
Nuestros dos protagonistas decidieron soltarlo y se encaminó hacia
un bonito perro negro. Despues de olisquearlo un buen rato, Diez se
puso muy contento y empezó a danzar y dar botes alrededor de éste.
Luego intentó empinarse detrás de él para llegar a olerle el culo.
-Claro, dijo nuestro
protagonista. Es una perra.
-Bueno, déjale que
corretee -dijo Juan.
Diez estaba dando saltos
y vueltas con ella. Una vez que se movió, al ser mucho más grande,
Diez salió despedido, pero en seguida se recuperó y persiguió de
nuevo a la perra, intentando continuamente llegar a montarla-
-Diez, te viene grande
-dijo Fran.
-Bueno, para una vez que
se relaciona déjalo estar.
Ambos perros jugueteaban
diez minutos hasta que llegó el momento de irse. Diez opuso
resitencia, estaba así de determinado a lograrlo.
-Pero Diez, si te viene
grande. Es como si yo intentara hacérmelo con una mujer de diez
metros.
-Pero el tío está
decidido, Ojalá yo tuviese el mismo ánimo -dijo Juan.
-Tú no lo tienes ni con
las enanas. No te digo con una mujer que te redujera así a la
insignificancia.
-Eso sobraba, y más en
tu caso, que comparadas contigo todas las mujeres son enanas.
-Bueno, no te cabrees.
-No, es que siempre
tienes que echarme en cara ser enano.
-Que no, que era todo
por el perro...
-Sí el perro. Pues te
vas ajoder porque tú no eres grandón. Eres gordo.
-Juan que no iba por
ahí..
-Estás hecho una bola .
-¡Jodeeeeer!
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