-Buenopuesyameloheacabadomehacostadoporquevosotrosnomeayudabaisperoelchocolateésteporfin
hadesaparecidomelohetenidoquetomararitmodeunvasodiariovariosdíasperoyaestáyporfinsedesocupa
esaolla... -decía Doña marta
Palacios.
Nuestro protagonista respiró hondo,
ahogando su sorpresa. Aquel chocolate se había preparado cuatro días
antes para recibir a Alvarito y Carolina Gordal en los Reyes. ¿Quería
decir Doña Marta que llevaba desde entonces calentando cada vez todo
y bebiendo cada día un vaso? Si era así, no quería ni pensar en el
gusto que tendría el del final.
-¿Cuánto preparaste, mamá? El del final debía estar ya como esas semillas de cacao mayas que se han encontrado.
-Ayhijopueslonormalparaunameriendaperosequedóaquíestefondoqueheidoconsumiendoyosofrecía
cadadíaperonotomabaisymiraqueerabuenoyclarocadavezhabíaquecalentarloynohabíamaneradeque
desaparecieraperobenditoseaDiosquemelohetomado...
-¿Y todas las veces calentándolo
yenfriándolo, con lo malo que es para la salud y elgusto del
alimento?
-Ayhijoquécosastienesperocómosevaatomarelchocolatefríohayquetomarlocalienteyespesotalycomo
sehahechosiemprequeparecesboboyencimatúytuhermanonocojíaisyesoqueosofrecíatodoslosdíasy
luegomuchasvecesestabamuycalienteparamíehperomelotomaba...
-Joder, mamá, hoy eso debía ser ya
un caldo intragable.
-Puesnohijobienbuenoqueestabaymedanganasdecomprarmásaunqueyasesabequeestosdíashayque
rehacersedetodoslosexcesoquesehancometidodurantelasnavidadesyoyamehehepuestoconelloyahora
aversinosacabamoselcocidodeayer...
-Sí, que si no eres capaz de
tomártelo tú sola toda esta semana. Y de calentarlo ochenta veces.
-Hayhijoquécosastienenscómosevaatirarcomidaenunmundodondemilesdepersonaspasanhambrey
ademáscómosevaatomaresofríohabráquecalentarloytomarloencondicioneshastaqueseacabeporque
túparecequenoquierascomida...
-Sí, eso es, tengo un aspecto de
famélico terrible. Anda, a ver si Juan y yo te ayudamos con eso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario