Nuestro protagonista realizaba tares
domésticas en casa, cuando un extraño griterío le apartó de sus
quehaceres. Se asomó a la ventana y vio al chino que llevaba la
tienda de alimentación de enfrente intentando evitar que lo robaran.
Cuando nuestro protagonista se acercó sólo vio a un desconocido
corriendo, escapando y al chino perseguirlo. Por supuesto ya se
había formado el corrillo de curiosos normal en estos casos. Y
algunas de las "opiniones" (porque ahora hay que llamar así
a rebuznos racistas y similares) que se oyeron le dejaron anonadado:
-Claro, tanto extranjero y similar y
así la calle está cada día peor -dijo una señora.
-Que yo no digo nada, pero cuando las
tiendas eran de españoles esto no ocurría -dijo otro sabio.
-Hace tres días nada de esto existía
-añadió una tercera voz.
Nuestro protagonista hubiera deseado
ponerse allí a dar collejas y corregir a toda aquella turba. Ese
hombre tenía desde hace lo menos 15 años su tienda abierta en el
barrio. Siempre había sido un modelo de correción y atención. No
recordaba nuestro protagonista otro incidente en su tienda. Y sobre
todo, la víctima del robo había sido él, no al revés. A mediodía
estaba todavía molesto y se lo dijo a su familia.
-Yonomepuedocreerquelagenteseaasísiempremepreguntaporvosotrosyaquílaxenofobiahacemucho
quenosedabaademáslagentesiemprelecompraporquetienedetodoysiemprelodadebuengradoycon
correción...
-A mí me preocupa que eso que hasta
hace tres días era excepcional se está normalizando -añadió
Juan-. Ya roban a los comerciantes de fuera como si nada.
-Bueno -corrigió nuestro héroe-, que
le hayan robado por ser chino, eso es mucho decir, creo que ese habrá
robado donde le era fácil. Pero lo que me jode es que encima le
culpen a él.
-Pues acuérdate del que vimos el otro
día, aquel que entró en otra tienda similar, y se puso a chulear al
chino de su pronunciación. Están creciditos. Y acuérdate del video de la de Murcia.
Pensó nuestro protagonista en todas
las frases que solían acompañar las opiniones arriba descritas: Yo
no soy racista con un pero, es que pienso diferente, a ver si van a
discriminar a los de aquí... Frases que llevaban ya un tiempo en la
calle y que hasta hace tres días le parecían ridículas pero inocuas. Pero viendo esta deriva, ¿sería cierto que a fuerza de
insistir se habían convertido en opiniones el racismo y el rencor? De momento, el video de Murcia le parecía algo que debía dar que pensar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario