miércoles, 6 de febrero de 2019

Tácticas de venta contraproducentes.

Bueno -pensó nuestro protagonista-, me valen, pero podría ser más cómodo. Cogeré tres de la talla inmediatamente superior. Comprarse pantalones, una de las actividades dentro de las que eran normales en la vida habitual de nuestro protagonista que menos le placían, había sido en aquella ocasión relativamente sencillo. Bueno, uno de los pantalones que cogió tuvo que ser de la talla que le había entrado pero que había dejado por otra superior. Así que en esas andaba nuestro protagonista, cogiendo sus compras, cuando aquel dependiente pesado se le echó encima:

-Caballero, ¿puedo ayudarle?
-Ahora ya no, gracias, ya tengo lo que vine a buscar.
-¿De verdad no quiere unas camisas o jerseys? Los tenemos muy buenos y...
-Mire, vine a por pantalones y ya los tengo. Cóbreme si hace el favor.

Refunfuñando y soltando una verborrea molesta ofreciendo casi toda la tienda, el dependiente se encaminó al mostrador y empezó a anotar los precios. Entonces el dependiente reparó en el pantalón de menor talla:

-Sabe uste que ha cogido uno de talla menor ¿verdad?
-Sí, lo sé, pero haga el favor de cobrar.
-Es que si los quiere todos iguales en este modelo tiene lo que necesita...
-No, mire, no me interesa pagar 20 euros más por cada uno que me lleve. Haga el favor de cobrarme.
-Los tiene de pana, de algodón, de...
-Le digo que me cobre, que ya está todo elegido.

Cinco minutos más tarde, el dependiente había recibido el dinero y parecía decido a dejar marchar a nuestro protagonista, pero...

-Espere, non se vaya, todavía eso le puede hacer juego con...
-Mire, se lo voy a decir claro: si así espera vender más es contraproducente.

Por fin el dependiente se calló, y Fran pudo salir. Lo bueno es que lo que se llevaba de la tienda, lo había cogido el solo sin ayuda de nadie. Pensó en varias tiendas donde habñía tenido experiencias similares, y reparó que normalmente eran tiendas de ocio: tebeos, libros... En una de ropa, de lo que menos le gustaba, era todavía peor. Se rehizo y mientras caminaba a su casa deseó firmemente que no undiera el ejemplo y le hicieran aún más amarga esa experiencia. 

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