miércoles, 27 de mayo de 2020

Cuerpos postpandémicos.


A esto debían referirse cuando decían que el confinamiento nos haría mejores ⸺dijo Fran observando las rotundas curvas de la chica que pasaba a su lado.
Los tíos hemos echado algo de tripilla. Las tías se ve que lo que ha pasado es que se han marcado más sus formas.
Seguramente porque en general estaban en mejor forma y más delgadas que nosotros.

La limitación de horarios que las autoridades sanitarias habían impuesto en la vuelta a la vida ordinaria tras superar la pandemia que había castigado todo el planeta donde vivía nuestro protagonista, destinada principalmente a proteger a los grupos de población más vulnerables a aquel virus, había hecho que Juan y Fran coincidieran frecuentemente con corredores y otros deportistas individuales, ya que debían salir en la misma franja horaria. Los dos hermanos solían intentar deducir los hábitos de cada uno de estos deportistas observando su aspecto: por ejemplo había algunos muy obesos que claramente se habían lanzado a ponerse en forma tras la pandemia, quién sabe si tras replantearse su vida en el confinamiento, y otros a los que se veía muy en forma que probablemente de algún modo habían mantenido su entrenamiento. Pero el grupo más numeroso lucía músculos marcados y cuerpos cuidados, pero también muestras de haber abandonado un poco las costumbres sanas que debían tener antes de la plaga. Los hombres, como decía Fran parecían engordar. Las chicas se ponían más rotundas en sus formas femeninas.

Parece mentira, hasta engordan mejor que nosotros, las jodías.
Te va a dar lo mismo, Fran, esos culazos y tetazas no los vas a tocar.
Ya, por ir contigo, que yo he salido ganando. Tú pareces un orangután. Me siento como Clint Eastwood en Duro de pelar.
Oye, no te pases que tú tampoco estás hecho un figurín.


Fran se quedó callado pensando alguna réplica, pero encontraron a una señora amiga de Doña Marta que los conocía. Los saludó con todos los tópicos de las señoras de edad: mis niños, vuestra madre... Pero sobre todo algo marcó el devenir de la tarde. Le dijo a Fran:

Oye, tú has mejorado. Sigue así.

Era lo que faltaba en el orgullo de nuestro protagonista. De pronto hasta se sentía más guapo, alto, joven... No tardó en pasárselo por la cara a Juan:
¿Has oído? Y el oráculo matriarcal nunca falla ⸺dijo nuestro protagonista.
Sí, bueno. Ahora a todas se les derrite el chocho contigo. Cuando te haga caso una mujer de menos de sesenta años me hablas. Lo del oráculo era con los abrigos, nada más. Y ya casi es verano.
Qué mala es la envidia.
Que rápido te sacas la chorra.
Sí, para que vengan las tías, que lo están deseando.

No hay comentarios:

Publicar un comentario