⸺A
esto debían referirse cuando decían que el confinamiento nos haría
mejores ⸺dijo Fran
observando las rotundas curvas de la chica que pasaba a su lado.
⸺Los
tíos hemos echado algo de tripilla. Las tías se ve que lo que ha
pasado es que se han marcado más sus formas.
⸺Seguramente
porque en general estaban en mejor forma y más delgadas que
nosotros.
La
limitación de horarios que las autoridades sanitarias habían
impuesto en la vuelta a la vida ordinaria tras superar la pandemia
que había castigado todo el planeta donde vivía nuestro
protagonista, destinada principalmente a proteger a los grupos de
población más vulnerables a aquel virus, había hecho que Juan y
Fran coincidieran frecuentemente con corredores y otros deportistas
individuales, ya que debían salir en la misma franja horaria. Los
dos hermanos solían intentar deducir los hábitos de cada uno de
estos deportistas observando su aspecto: por ejemplo había algunos
muy obesos que claramente se habían lanzado a ponerse en forma tras
la pandemia, quién sabe si tras replantearse su vida en el
confinamiento, y otros a los que se veía muy en forma que
probablemente de algún modo habían mantenido su entrenamiento. Pero
el grupo más numeroso lucía músculos marcados y cuerpos cuidados,
pero también muestras de haber abandonado un poco las costumbres
sanas que debían tener antes de la plaga. Los hombres, como decía
Fran parecían engordar. Las chicas se ponían más rotundas en sus
formas femeninas.
⸺Parece
mentira, hasta engordan mejor que nosotros, las jodías.
⸺Te
va a dar lo mismo, Fran, esos culazos y tetazas no los vas a tocar.
⸺Ya,
por ir contigo, que yo he salido ganando. Tú pareces un orangután.
Me siento como Clint Eastwood en Duro
de pelar.
⸺Oye,
no te pases que tú tampoco estás hecho un figurín.
Fran
se quedó callado pensando alguna réplica, pero encontraron a una
señora amiga de Doña Marta que los conocía. Los saludó con todos
los tópicos de las señoras de edad: mis niños, vuestra madre...
Pero sobre todo algo marcó el devenir de la tarde. Le dijo a Fran:
⸺Oye,
tú has mejorado. Sigue así.
Era
lo que faltaba en el orgullo de nuestro protagonista. De pronto hasta
se sentía más guapo, alto, joven... No tardó en pasárselo por la
cara a Juan:
⸺¿Has
oído? Y el oráculo matriarcal nunca falla ⸺dijo nuestro
protagonista.
⸺Sí,
bueno. Ahora a todas se les derrite el chocho contigo. Cuando te haga
caso una mujer de menos de sesenta años me hablas. Lo del oráculo
era con los abrigos, nada más. Y ya casi es verano.
⸺Qué
mala es la envidia.
⸺Que
rápido te sacas la chorra.
⸺Sí,
para que vengan las tías, que lo están deseando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario