—Pues te juro que yo no lo había leído
—decía nuestro protagonista. —Es uno muy de Max, que para algo
es su autor pero muy de críos —respondió Juan —Sí, no se prodiga en esto Max El autor catalán cambiaba totalmente de tercio
en La Biblioteca de Turpin. La historia nos cuenta
las aventuras de dos niños, Cris y Óscar
que una tarde en que se aburren de jugar
con sus amigos deciden
averiguar qué ocurre en el caserón vacío del
que son vecinos. Al entrar encuentran que está habitado
por un desconocido que ha inventado una tinta que permite viajar a interior de las historias de los libros
que se imprimen con ella. Y resulta que ha perdido la su sombrero en uno de esos viajes, lo cuál no
sería grave si no guardara en él la fórmula de esa tinta. De modo que Cris y Óscar deciden ir a buscarlo
a través de aventuras como Alicia en el País de Las Maravillas, La Guerra de Los Mundos, aventuras de
Sherlock Holmes, etc. —La verdad es que está muy bien pensado, porque Max puede hacer esos dibujos de seres fantásticos
que tanto le gustan y se sigue muy bien —comentó nuestro protagonista. —A mí me trae muchos recuerdos. No puedo creerme que no lo hubieras leído. —Ni yo, pero esa era la verdad. —Aparte, Max demuestra ser un buen guionista cuando a una historieta muy simple es capaz de hacerla
lucir y sorprender. —Y con el mérito de hacer leer a los críos. —Y se le nota en su salsa, la parte de Alicia parece especialmente pensada para él. —Muchos colorines, quizás. —Sí, pero yo tengo claro que me gustaría que si tuviera un crío lo leyera. —Por supuesto.
Ficha del cómic, aquí.
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