⸺¿Y esa mascarilla azul? ⸺preguntóJuan a nuestro protagonista.⸺Me compré varias, las que tenía yaestaban muy tocadas ⸺respondió Fran.La plaga que castigaba el mundo de nuestro personaje llevaba
bastante tiempo perdiendo fuerza, y desde luego tenía mucha
menos presencia en la vida de todos de lo que había llegado
a tener. Pero las mascarillas seguían siendo necesarias, y
como ya dijimos, Fran, salvo en aquellos ámbitos del trabajo,
de la salud, etc, donde por fuerza había que extremar las
precauciones, preferia llevar mascarillas de tela que noproducían toneladas de nuevos residuos
que anegaran aquel planeta. Creía queno compraría más de aquellos artículos propios de aquella
época nefasta, pero observó que las mascarillas que tenía se habían dado de sí,
sobre todo en los elásticos que las sujetaban a las orejas y había tenido querenovar su repertorio, toda vez que la recomendación de mascarillas seguía vigente y
no tenía trazas de remitir pronto.
⸺Por lo menos no es una cosa excesivamente cara ⸺comentó Juan.
⸺Yo espero que sea la última compra que tengo que hacer para eso.
⸺Y eso que tú eras reticente a comprarte mascarillas con dibujitos o temas que las pretendan hacer
amables. ⸺No es elección mía, es un puto desastre sanitario.En efecto Fran no dejaba de recordar que al empezar aquellos tiempos difíciles él creía que las
mascarillas, como intrumentos sanitarios y de protección que eran no debían ser tratados a la ligera,
pero tal y como se habían desarrollado las cosas había tenido que cambiar su punto de vista. Y por
segunda vez tenía mascarillas del Atleti y de varios personajes de ficción a punto para ser utilizadas.⸺Y no quiero comprarme más. Qué ganas tengo de pillar merchandising normal. ⸺También puedes pillarlas de un solo color ⸺dijo Juan. ⸺En absoluto, o no las llevo o las llevo con todas sus consecuencias ⸺concluyó Fran.
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