sábado, 6 de noviembre de 2021

La ropa y el trabajo.

 

 

Pues con esto creo que
 ya acabamos ⸺dijo Fran⸺. 
Parece mentira, casi una semana
 poniendo lavadoras.Miraqueosdigosiempreque
medejéislaropaqueyomeocupoa
horaademásconloshorariosquehan
puestonopuedeunaponerlalavadoracuandoquieracomoahoratrabáisnopodéistampocoponerlascosasy
seacumula...No sé, mamá, el cajón de la ropa sucia estaba rebosante.
 Como comentaban nuestro protagonista la cantidad de ropa sucia para lavar que se había acumulado
 aquellos quince días era tremenda. Parte de aquella ropa parecía no estar ni siquiera en condiciones 
de volver a ser utilizada. También había hecho nuestro protagonista una selección negativa que había
 llenado dos bolsas de las que deberían deshacerse. Mientras, la colada había terminado.
Ahora hay que encontrar donde tenderlos, que eso también. Aún no habíamos acabado de secar la
 ropa anterior.Yonosédondevamos aponerlosimehubierasdejadoamílohabuerahechoamiritmoquenuncamedejáis
hacernadaahoraquetrabajáistendréqueocuparmeyodelascosasasíqueaversimeayudáisquetengoyoque
intervenir...Bueno, mamá, déjame que piense a ver dónde tendemos esto, que tener trabajo y ganar algo 
de pasta está bien, pero también conlleva inconvenientes.

 Con el tendedero lleno, nuestro protagonista observó a ver cuántas prendas de las que tenía tendidas
 estaban en condiciones de ir al cajón . Con una escalera y algunas sillas que tenía la familia Gordal
 Palacios en un rincón pudo encontrar sitio para su nueva colada. Pero mientras se preguntaba si en 
esas condiciones su ropa se secaría bien hacía un propósito de enmienda: había que hacer un plan 
para lavar la ropa sin que se acumulase de aquel modo. 


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