Por primera vez en bastante tiempo, nuestro protagonista tenía un plan semanal claro.
Trabajaba de 8 :00 a 16:00 horas y recibía paga por ello. Para aquel curso tenía trabajo
fijo. Era algo de lo que estar contento. Pero eso también llevaba inconvenientes. Eran
muy notables en aquella hora de la noche en la que se había desvelado. Tendría que ir al
baño, y no sabía si podría volver a dormirse. Si ese desvelo había llegado pasadas las 6:00
no tendría tiempo de volver a dormirse antes de las 6:30, hora en que se levantaba. Le daba
angustia mirar el reloj. Intentó dormirse de nuevo, pero era evidente que con las ganas
que tenía no podría volver a conciliar el sueño hasta que no hubiera meado. No quedaba
otra se levantó, miró el reloj... ¡Y sintió un enorme alivio! Eran las tres, podría
volver a dormirse y soñar. Incluso dormía bien. Así fue hasta que sonó el despertador,
ahora sí, a la hora de levantarse.
—Buenos días, Fran. ¿Te has enterado de que han llamado de Netflix y quieren hacer serie de tu
último escrito del vaporverso? —le dijo Juan Gordal. —¿En serio? —Sí, dicen que le ofrecerán el papel protagonista a Clara Lago. Que por cierto dice que antes quiere
quedar contigo, que quiere conocerte. —¡Pues diles que...!
En este momento, sí, sonó la alarma del móvil. Ahora eran de verdad las 6:30 y tocaba ir al trabajo
de verdad. Mientras se preparaba el desayuno no dejaba nuestro protagonista de pensar en la alegría
que había sido para él poder dormir tres horas y media más. —Me he ido con tal ánimo que hasta lo que he soñado mientras dormía era bueno —se dijo a sí mismo.
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