Fran llegó a aquellas
escaleras. En el último
escalón, viniendo hacia él,
encontró a una mujer
haciendo el último esfuerzo
para subir un cochecito de
niño al piso superior del
que se disponía a bajar Fran. La
mujer hizo el movimiento necesario, y Fran pensó que sólo un minuto antes hubiera podidoayudarla en ese trance. Evidentemente no se sentía culpable por algo que él no podía controlar,
pero sí una cierta incomodidad ante el hecho de haber llegado tarde a una situación en la que
pudiera echar una mano a una persona necesitada. Obviamente no tenía sentido lamentarse y
continuó su camino.
Unos veinte minutos más tarde en una puerta se encontró a un albañil cargado con un enorme saco
haciendo los últimos esfuerzos para mantener la puerta abierta y al mismo tiempo mover al interior
de aquel edificio su pesada carga. Un vecino de aquella casa que bajaba le preguntó:
—¿Quiere que le ayude?
—No, gracias. Un minuto antes me hubiera venido muy bien.
Por segunda vez aquella tarde, nuestro hombre sentía haber llegado al hilo de las velas. No significaba
nada, él sabía que no se había metido con nadie, ni había hecho nada malo o dañino para nadie. Pero
la sensación era rara e inquietante. Nuestro hombre se rehizo y emprendió su camino. Entonces unos
niños que jugaban al fútbol detrás de una piedra le llamaron. A pesar de los años que sabía que había
cumplido, a nuestro protagonista le costaba atender cuando le llamaban señor, pero se dio cuenta de
que aquellos chavales le llamaban a él, para pedrirle que les devolviera la peota que habían perdido.
Fran, sintiendo que por una vez estaba en su punto intentó devolvérsela, pero su “centro” fue más
desafortunado que ninguyno que hubiera visto fallar a ningún jugador por la tele. La pelota acabó
muy lejos del campo donde jugaban los niños.
—Yo os la busco, chavales —balbució incómodo Fran —Déjelo, señor —respondió uno de los pequeños que ya saltaba la valla a buscar la pelota.
Pues estamos bien —ensaba para sí nuestro héroe—. Una vez que llego a tiempo la he jodido más.
Me falta Jack Sparrow diciéndome que este será el día en que CASI fui útil para alguien.
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