⸺Bueno, pues como usted ve se ha roto el pestillo. No podemos usar la lavadora porque no puede
cerrarse ⸺explicaba nuestro protagonista a aquel
técnico.
⸺De acuerdo, pero es que resulta que esa pieza no
la tienen suelta. Habrá que cambiar la
tapa entera.Nuestro protagonista sintió cómo su ánimo caía a
plomo. Eso seguramente supondría bastante
más dinero a pagar del que había supuesto lafamilia Gordal Palacios desde que de la forma
más absurda su lavadora se había roto obligándoles a hacer la colada en la lavandería de la
esquina, algo que siempre hacía de por sí Carlonia o peor aún, a mano como se empeñaba enhacer Juan.
⸺Mire, además las bisagras de la tapa están rotas. Eso supone que habrá que cambiar otra
pieza ⸺comentó el técnico⸺. Y estas sujeciones están rotas. Han movido la lavadora más
de la cuenta ¿verdad? Fran se horrorizó oyendo aquellas observaciones del técnico y recordando que varias veces Juan
le había llamado la atención sobre el hecho de que cerraba la lavadora demasiado de golpe. ⸺Acabe, por favor. ¿Cuánto es? ⸺Pues déjeme que calcule: piezas, mano de obra... 218 euros si tengo las piezas.Aquello supuso un palo en la moral de Fran difícilmente explicable. Ahora tendría que pensar
cómo decirles aquello a su familia. Doña Marta Palacios y Juan Gordal lo vieron de forma distinta:
⸺Pues eso lo pagas tú que eres quien más ha jodido todo ⸺dijo Juan. ⸺Déjalohijolopongoyosilalavadoralausamostodosaversielniñonovaapoderequivocarsemirayotengo dineroparaestoaversinovamosatenerlavadoraporqueteempeñesenculparatuhermanoéltieneotrascosas lopagoyo...⸺peroró Doña Marta. ⸺No, si no pasa nada, ya soy mayorcito. Lo pago yo ⸺sentenció Fran⸺. Además me
merezco una multa por imbécil y así la pago. ⸺Deberíais usar siempre la lavadora de la esquina como hago yo ⸺terció Carolina. ⸺La que faltaba ⸺se lamentó nuestro protagonista.
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