miércoles, 20 de marzo de 2024

El diorama

 


Fran repasó por última vez las coas que Juan había decidido tirar en la última limpieza
de su cuarto. Encontró un diorama relativo al cine con miniaturas de cámaras, cintas de
película, claquetas en miniatura, etc. Salvo una capa de polvo fácilmente eliminable
estaba en perfecto estado.

¿Vas a tirar esto? —preguntó nuestro 
protagonista—. Está bien y yo creo que podría
 quedar chulo.No tengo sitio para él. Si encuentras dónde ponerlo nos lo podemos quedar.Algo se me ocurrirá —dijo Fran mientras limpiaba el polvo del cristal.

Fran se puso manos a la obra después de pensar cómo debía darle la luz, dónde sería más
visible... Por fin encontró un lugar a su gusto en una zona del salón.

Ahora harían falta un par de alcayatas—dijo nuestro protagonista.Si no hay en el cajñon habrá que bajar a por ellas —respondió Juan.

Fran miró en el cajón de los enseres de casa y no encontró ninguna. Se dio cuenta de que
tendría que bajar a la tienda de los chinos frente a su hogar.



Hayqueverquétrajínosestáidandoesperoquequedebienporquelaverdadesqueesmuybonitoloibaisa
tirarylaverdadesquequedarámuybiencolgadodelaparedaquíyocreoqueloveránencuantopaselagente
ydarámucholustreacasa...—peroraba Doña Marta Palacios.Ahora necesito un rotulador y el martillo —respondió nuestro protagonista.Espérate. ¿Sabes cómo hacerlo? —preguntó Juan.Sí, se mide la distancia, hay que hacer dos agujeros a la misma altura...—comentó nuestro
 protagonista y se dispuso a hacerlo.Mide antes con el propio diorama.

Fran lo hizo y tras veinte minutos de moverlo decidió que ya sabía cómo colgarlo. Sudando antes
de empezar cogió el martillo y se dispuso a clavar las alcayatas.

No lo coges bien. Mira, hay que agarrar de esta zona del mango —explicó Juan. Bueno, ¿Ahora puedo seguir yo?

 Juan vio las dos marcas que nuestro protagonista había hecho en la pared y le volvió a decir:Así te va a quedar torcido, déjame a mí.

Nuestro protagonista empezaba a irritarse, pero dejó hacer a su hermano. Tras quince minutos de
trabajo el diorama estaba colgado, pero Juan volvió a decir:

Se va a caer así. Déjame que lo haga yo.Tómalo tú y no me des más la brasa.Yo lo iba a tirar, eres tú el que ha decidió salvarlo.Pues entiendo por qué querías tirarlo —dijo Fran.Mira, me parece bien que lo cuelgues, pero  mírame para ver cómo se hace.

Tras otro cuarto de hora el diorama quedó bien colgado. Doña Marta Palacios no ocultó su
satisfacción:

Québonitoquébienhacenlascoasmisdoshijosahoradagustoveresetrozodelsalónqueestabaahícomo
desangeladoyloqueoslohabéistrabajadodescansadunpocohijomíosqueoslohabéisganadoytúFran
alégrateunpoco...Bueno, por hacer feliz a una madre ha valido la pena —sentenció nuestro protagonista.


 

No hay comentarios:

Publicar un comentario