Fran llegó de la compra y deshizo todo el paquete y las bolsas que había traído guardando
cada artículo en su sitio. Sin embargo tenía en la cabeza la noción de que se le había olvidado
algo. Se sentó y deambuló por la casa unos minutos a ver si lograba recordar qué era. No le
vino a la cabeza, con lo cuál decidió preparar la comida para cuando llegasen sus hermanos.
Mientras cortaba y sofría las verduras y doraba aquella carne seguía con su olvido muy presente
en la cabeza. Al acabar y recoger lo que había ensuciado en la cocina, a pesar del estado cada
vez más lamentable de la bayeta con la que limpiaba no era capaz de recordar nada. Puso la
mesa y esperó hasta que Carolina volvió de sus tareas.
—Hola, Cárol. Bueno, te he preparado filetes con un poco de pisto. —Gracias, Fran. Si no has comido comeremos juntos.En la comida nuestro protagonista le habló a su hermana den su situación, de las tareas
que había realizado, los nuevos trabajos que se le presentaban, etc, etc. También le dijo
que sabía que había olvidado algo en la compra pero que no recordaba que era.
—Pues no sería tan importante, Fran —dijo riendo Carolina—. Ahora voy a fregar yo, que tú
ya has hecho mucho de casa hoy.Y cuando Carolina se encaminó a la pila se hizo la luz para Fran, pero con gran disgusto de
su hermana:
—¡Fran! Te dije que compraras bayetas nuevas, que estas están asquerosas. No se te puede
confiar nada.Nuestro héroe sintió de pronto una vergüenza colosal. Eso era lo que había olvidado. Y no
había sido capaz de recordarlo ni cuando él mismo había intentado fregar con aquella bayeta
lamentable.
—Lo siento, voy ahora mismo a por ella. —Vas ahora, pero yo ya friego con esto.
Mientras hacía ese recado, Fran, pensó cómo era posible no que se le hubiera olvidado, que
eso podía ocurrir, sino cómo no se dio cuenta al fregar el mismo con aquellas bayetas. No estaba
a lo que tenía que estar, pensaba.
—Bueno, déjame, fregaré yo para reparar mi falta —propuso nuestro protagonista al llegar. —No, esto ya está, pero tienes que estar más pendiente de lo que estás. —Supongo que si empiezo a fregar yo me fijaré más en estas cosas. —Bueno, no pasa nada, pero piénsalo, que esto es un foco de infecciones que no podemos asumir. —Lo pensaré.
No hay comentarios:
Publicar un comentario